Según datos de Sistema de Información Energética (SIE) de la Secretaría de Energía (SE), en 2016 México se gastó poco más de 14 mil 400 millones de
pesos del Producto Interno Bruto (PIB) nacional en el consumo de energía eléctrica.
Dependemos a nivel mundial de la electricidad, prácticamente todas las actividades que realizamos de cotidiano requieren de ella; sin embargo, su producción por medio de fuentes termoeléctricas convencionales contamina cada vez más el planeta al generar gases de efecto invernadero (GEI), sin mencionar que este método depende de los hidrocarburos y que desde hace algún tiempo han comenzado a escasear.
Ante el problema, surgen las energías renovables como la mejor solución posible, desafortunadamente, el desconocimiento de que es posible y conveniente hacer la reconversión de un sistema a otro ha provocado que sigamos dependiendo de los hidrocarburos.
El doctor Jesús Antonio del Río, director del Instituto de Energías Renovables (IER) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó, en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), que lo más importante es difundir el conocimiento para que las personas sepan que, a menos que cuenten con energía eléctrica subsidiada, el paso a las renovables es mucho más barato para su bolsillo.
“La reforma energética abrió la oportunidad para que cualquier persona pueda generar su propia energía, y no sólo eso, sino venderla. Esta es una posibilidad que debemos tener y preservar en todo el país. La posibilidad de generar la propia energía es, políticamente, muy importante porque ya nos olvidamos de una forma centralizada de resolver el problema de la energía”, explicó el investigador.
Y esto no aplica sólo a lo personal sino también en lo regional. Por ejemplo, dentro de las iniciativas para instalar nuevos sistemas de alumbrado público que reduzcan la contaminación lumínica, también se ha sugerido que las nuevas lámparas funcionen a base de paneles solares, un cambio que podría parecer caro al principio pero que a la larga rendirá frutos en las bajas de gasto y contaminación. “Cuando nosotros como personas nos fijamos en el largo plazo, entonces las soluciones en energías renovables son más adecuadas”, dijo del Río.
A la fecha, México aún no es líder en la producción de ninguna fuente renovable de energía, sin embargo, tenemos todo lo necesario para serlo. Del Río explicó que el territorio nacional tiene posibilidades para generar 5.5 kWh/m² de energía solar al día, así como grandes litorales para producir energía eólica y oceánica. Los desechos orgánicos son una alternativa más, las zonas de Querétaro y Guanajuato ya cuentan con ranchos que son sustentables y que tienen producción de bioenergía a base de excremento de animales.
“Una de las bondades de las energías renovables es que son muy diversas, y esa diversidad nos permite adaptarlas a cada lugar. Necesitamos estudiar para ver cuál es la mejor opción en cada espacio; eso dificulta las cosas para los técnicos porque no es conveniente dar soluciones únicas para todo el país, depende de la región, depende de los recursos, depende de los usos que le van a dar, y eso requiere personal más capacitado”, concluyó el investigador quien, además, señaló que gracias a esas nuevas necesidades técnicas, las energías renovables van a aumentar el empleo, pero lo van a aumentar en empleo de alta calidad.
Pie de foto: En 2016, México gastó poco más de 14 mil 400 millones de pesos del Producto Interno Bruto (PIB) nacional en el consumo de energía eléctrica. (Foto: Pexels).