Tras el reciente ciberataque a la red social Facebook, dado a conocer la semana pasada, las revelaciones de dicho evento deben ser una llamada de atención para
la industria, dado que cumplir con los estándares de la seguridad en línea no es una opción, sino una necesidad, aseguró Darktrace.
La empresa en ciberseguridad precisa que las organizaciones deben analizar cómo protegen sus datos confidenciales y qué tecnologías emplean para la defensa y respuesta de los ataques, ya que si a una organización con el alcance y prestigio de Facebook le aconteció una afectación a más de 50 millones de sus usuarios, a cualquier otra le podría suceder repentinamente.
Predecir o entender los motivos de los ciberataques resulta imposible, refirió Darktrace en un comunicado, pero el ataque a Facebook ofrece un panorama de sus alcances.
Para pasar por alto los controles de seguridad de la red social, sin necesidad de activar alguna respuesta de alerta, demuestra lo complejo, sofisticado y sigiloso de quien o quienes organizaron la ruptura en los sistemas de Facebook, refirió la empresa, quien señaló la necesidad de implementar mejores medidas de seguridad.
En la actualidad, la mayoría de las personas vive en un laberinto de interconectividad, mientras más tiempo estén en línea, mayor es el riesgo que asumen al exponer datos personales. Bajo esa premisa, Darktrace sugiere adoptar la Inteligencia Artificial como el componente central de cada estrategia de seguridad para reducir el robo de cuentas y aspectos personales que un usuario pueda exponer sobre la red.
Facebook informó que el pasado martes 25 de septiembre detectó una falla de seguridad, la cual afectó a casi 50 millones de cuentas, que llevó a la exposición de información de las mismas.
En su blog oficial, la empresa de tecnología fundada por Mark Zuckerberg explicó que de acuerdo con su investigación, que aún está en una fase inicial, los atacantes explotaron una vulnerabilidad en el código de Facebook, que impactó a la herramienta “Ver Como”, que permite a los usuarios mirar cómo lucen sus propios perfiles desde la óptica de otras personas.
Esto les permitió a los atacantes robar los Tokens de acceso a Facebook (es decir, el equivalente a una llave digital que mantiene a las personas conectadas a la red social para evitar que ingresen su clave cada vez que usan la plataforma), y que pueden ser empleadas para tomar el control de las cuentas.