En los deportes basados en interactuar con una pelota que se mueve muy rápido, la capacidad visual de los jugadores no suele permitirles estudiar in situ los movimientos de la pelota, y deben recurrir a su intuición o a revisar luego filmaciones reproducidas a cámara lenta.
Una investigación, aunando ciencia y deporte, ha demostrado la utilidad de la luz estroboscópica para alcanzar un mayor nivel de pericia gracias a entrenamientos realizados con esta clase de luz.
La luz estroboscópica ya es conocida por el efecto óptico que provoca en el ojo humano, permitiéndonos ver inmóvil por un instante a un objeto que no para de moverse, y pudiendo así percibir detalles del mismo que de otro modo no podríamos ver.
El equipo de Stephen Mitroff, profesor de psicología y neurociencia en el Centro de Neurociencia Cognitiva de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, ha trabajado con jugadores profesionales de hockey sobre hielo, comprobando que aquellos que se entrenaron llevando unas gafas especiales que les permitían ver la acción sólo de modo intermitente (logrando así un efecto estroboscópico comparable al que se consigue proyectando activamente destellos de luz brillante) mostraron una mejoría significativa en la pericia de sus movimientos.
De hecho, ya se documentó anteriormente que el uso de gafas estroboscópicas durante el entrenamiento mejoraba la visión, la atención visual y la capacidad de anticiparse a los movimientos de los objetos. Pero el pequeño estudio piloto que Mitroff y sus colegas han realizado ahora es el primero en explorar directamente si esos efectos pueden mejorar el rendimiento deportivo.
Los jugadores del equipo de los Carolina Hurricanes que se entrenaron con las gafas estroboscópicas experimentaron una mejora en el rendimiento del 18 por ciento en una serie de pruebas de habilidad sobre hielo. El grupo de control (el grupo de quienes no usaron dichas gafas) no mostró ningún cambio.