El 3D ha sido fascinante, pero ya va siendo hora de que sea mejorado, porque son muchas las personas que experimentan dolores de cabeza y molestias en los ojos al ver contenido en tres dimensiones. En lugar del 3D, es mejor comenzar a apostar por su evolución: la tecnología de los hologramas, muy popular en películas de ciencia ficción como Star Wars por ejemplo. De hecho, si prestan atención, verán que las pelis de ciencia ficción han sido certeras al predecir el futuro en muchas ocasiones: tablets, videoconferencias y el control mediante gestos son algunas de las tecnologías que se convirtieron en realidad.
Hoy en día contamos con tecnología de hologramas, pero la misma tiene un pequeño problema: el costo. Crear hologramas es una tarea que requiere de mucho tiempo y de mucho dinero. Una de nuestras fantasías es poder contar con smartphones o smartwatchs que puedan producir hologramas, ¿estamos próximos a desarrollar estos dispositivos? Pues en realidad no, pero de a poco nos acercamos a esa meta.
Una compañía conocida como Ostendo Technologies podría tener la clave para convertir la ficción en realidad. Según reporta The Wall Street Journal, Ostendo ha desarrollado un dispositivo de bolsillo que puede proyectar hologramas, los cuales podemos ver a la perfección sin necesidad de lentes especiales ni nada por el estilo.
Conocido como Ostendo Quantum Photonic Imager, el proyector está compuesto por varias tecnologías, incluyendo un procesador de imágenes, LEDs y un software que ayuda a generar renders, entre otros.
Ostendo ya presentó un prototipo funcional que proyectaba un holograma de un dado que giraba en el aire. Tanto la imagen como el movimiento parecían consistentes, sin importar el punto desde el cual se estuviera observando.
La compañía cuenta con más de $120 millones de dólares en fondos para su investigación y espera poder lanzar una versión 2D el año que viene, mientras que la versión 3D llegaría en 2016.
Con un poco de suerte, quizá para fines de esta década ya tendremos smartphones que proyecten hologramas.