Sabemos que Rusia tiene una tendencia a desconfiar de ciertos productos extranjeros, sobre todo a nivel informático. Sin ir más lejos, el gobierno ruso utiliza una versión propia de Linux, contrario a muchos otros gobiernos que han adoptado Windows por ejemplo. Está claro que Rusia prefiere el uso de productos propios, incluso a nivel de procesadores: recientemente se ha dado a conocer que el gobierno aprobó el desarrollo un procesador que lleva el nombre en código Baikal.
Al igual que muchos otros gobiernos, el de Rusia quiere mantener sus secretos e información importante para sí mismo, por eso está financiando este proyecto, el cual estará a cargo de la firma T-Platforms y al parecer costará varios millones de dólares. El gobierno ruso siente que no puede confiar en los procesadores estadounidenses de marcas como AMD e Intel por ejemplo, que como todos sabemos son los mayores fabricantes a nivel mundial. Se dice que la NSA ha estado trabajando activamente con ambas compañías, por lo tanto no nos llama mucho la atención que Rusia comience a desconfiar y opte por usar hardware propio en lugar del extranjero.
El procesador Baikal estará basado en la arquitectura ARM Cortex A57 y será otro paso más en el plan de reestructuración informática de Putin, que comenzó en 2010 cuando decidieron crear su propio Linux.
Desarrollar un procesador no es tarea fácil, pero sabemos que el dinero puede ser muy motivador para las compañías, y dado que el gobierno ruso tiene dinero en grandes cantidades, es obvio que han contratado una firma para llevar adelante el proyecto. T-Platforms, para quienes no la conocen, es una compañía rusa que desarrolla supercomputadoras, y al parecer hasta hace poco estuvo en la lista negra de Estados Unidos.