Las tradiciones de Día de Muertos en el país reciben influencias de la modernidad que las actualizan y les dan perdurabilidad, afirmó la especialista Elena Vázquez y de los Santos.
En entrevista, la responsable del Área de Investigación del Programa de Arte Popular, acotó que los pueblos, en constante movimiento cultural, reciben influencias pero no todas permean sus tradiciones.
Tienen que ser unas muy significativas para que pasen a sus tradiciones más sentidas, más profundas; se trata de novedades, de elementos que resignifican para que participen en festividades de la importancia de las de Día de Muertos.
Entrevistada por Notimex a propósito del libro publicado por dicho programa del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) “Música y danzas para el Día de Muertos”, dijo que este volumen pone a la vista del público la actualidad de esta tradición.
Este muestrario fotográfico, con textos introductorios y cedular que explican cada imagen, dejan ver las tradiciones en la materia que existen en el país, al mismo tiempo de cómo reciben influencias del mundo moderno.
Por ejemplo, en las fiestas de Xantolo, en la Huasteca Potosina, los bailarines ya no llevan únicamente las máscaras hechas de madera sino que algunas son de plástico, y en Oaxaca en algunos de sus bailes los danzantes portan máscaras de luchadores, comentó.
Se trata de elementos nuevos, pero que la gente los resignifica, por lo que en esencia la fiesta, la tradición perdura. Lo importante es, pues, cómo los pueblos, en constante movimiento cultural, no se dejen influenciar simplemente sino que adoptan y adaptan nuevos elementos.
“Eso es lo importante, el valor, la importancia, el símbolo, lo que quieran representar se lo otorgan a estos nuevos elementos y por eso decía que (…) la manifestación de Día de Muertos se sigue manteniendo como tal”, expuso Vázquez y de los Santos.
No son cualquier elemento, puntualizó, se trata de aquellos que en verdad permean a las sociedades y por ello los llevan a sus fiestas más sentidas, lo interesante es que para cada momento o espacio los van adecuando.
Explicó que lo que muestran las fotografías incluidas en el libro son momentos íntimos, familiares, pero también aquellos que son de la comunidad, es decir, las fiestas de Día de Muertos son lo mismo familiares que de una población en su totalidad.
Son imágenes que sirven, además, de registro de las tradiciones, porque muestran cómo y quiénes danzan en cada ocasión, niños o adultos, mujeres y hombres; si lo hacen frente al altar o en cuál otra posición, entre otros elementos, y esta tarea permite preservar y fortalecer estas expresiones populares.
Lo mismo ocurre con aquellas que son sociales, y de las cuales algunas son una parafernalia, como los casos de San Juan Chamula o Zinacantan, en Chiapas, pero también las hay en San Luis Potosí o Hidalgo.
Lo mismo se trata de registros de actividades íntimas pero que son públicas, como cuando la familia lleva a un mariachi o a un músico para que cante las canciones favoritas del difunto, entonces ese espacio cerrado se vuelve abierto, expuso.
El libro capta, pues, que la festividad de Día de Muertos es una tradición muy fuerte y vigente en todo el territorio nacional, de ahí la importancia de que se le siga fortaleciendo y difundiendo, para que el público en general conozca los elementos que la componen.
El muestrario también marca diferencia entre comunidades urbanas y las que no lo son, entre el norte, centro y sur del país. Por ejemplo, en la Ciudad de México se ven que los músicos son sobre todo mariachis, en el norte banda norteña y en el sur músicos tradicionales.
La especialista recordó que el libro es resultado de la convocatoria que cada año se lanza al público en general, no sólo a fotógrafos, a tomar imágenes de las tradiciones de sus pueblos, y en esta ocasión (2011) correspondió a la música y la danza en el Día de Muertos.
La invitación la hace la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas del Conaculta y el libro es una muestra de las muchas que se recibieron y con la cual el público se dará cuenta de la variedad y riqueza que posee México sobre el Día de Muertos.
Pueden participar incluso extranjeros, siempre y cuando la foto haya sido tomada en México, pues la idea es registrar el patrimonio del país, abundó.
En el certamen correspondiente a la música y la danza en el Día de Muertos participaron 16 fotógrafos, se recibieron 434 imágenes con muestras de las tradiciones de 18 estados, de las diferentes regiones del país y la riqueza que existe en ellas.
Las fotografías fueron ordenadas por estado, para que el público pueda identificar las diferencias que hay dentro de uno mismo o entre ellos, que si bien en algunos casos son muy parecidos en otros son totalmente distintos, refirió.
El libro es una oportunidad para que los mexicanos conozcan que en la festividad de Día de Muertos también se baila y de canta, se les lleva música o se interpreta a los difuntos de la familia, música especial para esos días, su vigencia, riqueza e influencias, terminó.