En el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el cineasta italiano Ermanno Olmi voltea su mirada a ese lamentable periodo de la historia, del que su padre fue testigo en el Ejército italiano, en “Torneranno i Prati” (Volverán los prados), cinta que llegará a México en un preestreno mundial el próximo 4 de noviembre.
La película, que cuenta con musicalización del jazzista Paolo Fresu, será proyectada en el Instituto Italiano de Cultura (IIC) de la capital mexicana, dos días antes de su estreno mundial, en cines italianos.
Gianni Vinciguerra, director del IIC, destacó que es una gran oportunidad para disfrutar del trabajo de un director y guionista continuador de los principios estéticos del Neorrealismo italiano, en el que se inscriben nombres como Luchino Visconti, Roberto Rosselini, Vittorio de Sica y desde luego Federico Fellini.
Su obra, recordó, se caracteriza por su sensibilidad y por mostrar la humanidad de sus personajes.
Producida por CinemaUndici, IPOTESI Cinema y RAI Cinema, en asociación con la Banca Popular de Vicenza, la película narra una jornada desde una trinchera italiana, en el frente Noreste del Altiplano, donde la espera puede ser la peor de las circunstancias.
Se trata de una película en la que Olmi evoca su propia experiencia con la guerra, ésa que le transmitió su padre cuando era pequeño y le narraba su experiencia en el frente; pero también un llamado a la humanidad para hacer un ejercicio de memoria que evite repetir los horrores de la Gran Guerra.
La efeméride por el centenario de la Primera Guerra Mundial no debe ser un momento para ondear banderas, sino para reflexionar sobre por qué la humanidad es capaz de llegar a masacrarse; una oportunidad de repensar conceptos como la desobediencia, cuando la orden es asesinar al otro, se intuye en la cinta.
El material de 80 minutos, que podrá verse el próximo martes a las 19:00 horas en el Aula Magna del IIC, cuenta con las actuaciones de Claudio Santamaría, Alessandro Sperduti, Francesco Formichetti, Andrea di María, Camilo Grassi, Niccolo Senni, Domenico y Andrea Benetti, entre otros; además de la fotografía de Fabio Olmi.
Ermanno Olmi (Bérgamo, 1931) nació en el seno de una familia campesina, quedó huérfano de pequeño, ya que su padre murió durante la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con sus biógrafos, estudió en la Academia de Arte Dramático de Milán y mientras estudiaba, entró a trabajar en la empresa EdisonVolta, donde trabajaba su madre, y para la que filmó más de 40 documentales entre 1953 y 1961.
Entre sus títulos destacan “Tre fili fino a Milano” (1958) y “Un metro è lungo cinque”, que denotan la sensibilidad social característica de su posterior cinematografía.
Sus primeros largometrajes fueron “Il tempo si é fermato” (1959) e “Il Posto” (1961), que le dieron fama y reconocimiento.
Otros títulos importantes en su trayectoria son: L'albero degli zoccoli (1978) (El árbol de los zuecos), Il mestiere delle armi (2001) (El oficio de las armas), y más recientemente “Il villaggio di cartone” (2011).