El último texto inconcluso del escritor portugués José Saramago (1922-2010), “Alabardas”, constituido por sólo tres capítulos, se presentó en la Casa Universitaria del Libro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el acto, la viuda del escritor, Pilar del Río, explicó que la novela refleja “el conflicto moral de Artur Paz Semedo, empleado de una fábrica de armas que, intrigado por el sabotaje de una bomba durante la Guerra Civil Española inicia una investigación”.
La estructura de la novela, apuntó, es profunda, seria y rigurosa, además de tocar asuntos que le movían tanto a Saramago, que aún estando muy enfermo, lo motivaron a abordar la tarea de concluir el texto.
Subrayó que al final de sus días ya no podía trabajar en su escritorio y lo hacía sentado en su sillón sobre una mesa blanca, en la que escribió con mucho entusiasmo ya que, según Pilar del Río, cada línea que Saramago escribía era algo que le iba robando a la muerte.
En su oportunidad, el rector de la UNAM, José Narro Robles, afirmó que la obra se presta para la imaginación, al indicar que Saramago ha dejado la tarea a su público lector de terminar el texto.
A consideración de Narro Robles, el relato plantea un dilema ético fundamental al colocarnos en el lado de la guerra, la destrucción, el poder, el dinero y el sometimiento o por el contrario en el de los valores laicos como la solidaridad, el pacifismo y la generosidad, entre otros.
Sandra Lorenzano, vicerrectora académica de la Universidad del Claustro de Sor Juana, sostuvo que Saramago sabía que “las palabras salvan, las palabras nos protegen de la oscuridad, del desamor, de la soledad, del dolor”.
“Él sabía que la palabra puesta en negro y blanco sobre un libro es mucho más que eso”, concluyó al referirse a que el autor portugués sabía que la historia estaba en la página en blanco, aunque nadie más que él pudiera verlo.