Música y arte circense de la región mixteca, fusionada con ritmos de diversos orígenes y épocas, será lo que ofrezca la agrupación oaxaqueña Pasatono Orquesta, el próximo 21 de este mes en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, donde presentará su más reciente trabajo “Maroma”.
De acuerdo con información del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México la agrupación de música prehispánica se proponer así rendir un homenaje a la tradición del circo mixteco, para lo cual ha invitado al payaso y maromero tradicional oaxaqueño Alfonso Jiménez.
La función, que más que un concierto será un performance, también contará con la alambrista franco-mexicana Charlotte Pescayre.
Será “una especie de película viva, con el payaso tradicional, las historias alucinantes y oníricas de los mixtecos y su música llena de otras músicas dialogando entre sí, haciendo su maroma”.
Rubén Luengas, director del ensamble, explicó que en este espectáculo se han permitido incorporar la música que les gusta y funciona para crear otra música, la actual, porque así ha sido la historia de la música en la Mixteca y en Oaxaca.
Música de instrumentos, elementos que han llegado a través de años a nuestra cultura musical y de manera natural se unen creando nueva expresiones, como el jazz mixteco o la propia maroma que de manera orgánica permite interactuar las artes circenses, el trapecio o las cantadas del payaso trovador con la orquesta o la banda.
Lo que hace Pasatono Orquesta, dijo, es mezclar las resonancias indígenas oaxaqueñas con ritmos mestizos de origen africano y húngaro, como el danzón, el jazz, la rumba, la música gitana, la polka, el pasodoble, la marcha y la mazurka. Es, en suma, una síntesis de lo rural con lo urbano, lo antiguo con lo contemporáneo, lo local con lo global.
La Maroma, vale decir, es un acto circense nocturno al aire libre, sin carpas ni animales, realizado en las fiestas de los pueblos con el payaso como protagonista central, que es quien dirige la función a través de intermedios cómicos llenos de poesía, prestidigitación y acrobacias.
Para el también investigador de la región Rubén Luengas “la Maroma es una metáfora de la vida a través de la música circense de la Mixteca, tanto antigua y tradicional como nueva; es una vereda de emociones que te llevan de la euforia a la alegría, a la tristeza, el miedo, la añoranza y la diversión”.
Para conocer y entender esta parte del universo musical mixteco, el ensamble visitó a viejos músicos y maromeros por toda la región de la mixteca en los estados de Guerrero, Oaxaca y Puebla; posteriormente, Luengas creó melodías circenses de acuerdo con su interpretación personal de esta tradición, que corre el riesgo de desaparecer.
Al respecto, Luengas recordó que las orquestas en la mixteca y algunos instrumentos como el bajo quinto, están en desventaja, a punto de desaparecer, mientras en algún tiempo fueron el regocijo de fiestas, el “soundtrack” de los mixtecos, en sus bodas, funerales y maromas.
Fundada en 2008, la orquesta lleva a Luengas en el bajo quinto y voz; Patricia García López, en el violín obligatto; Edgar Serralde, en voz y jarana; Verónica Acevedo, en el violín segundo; Jorge Martínez Jiménez, en el clarinete; Sergio Martínez, en el contrabajo; Pablo Márquez, en percusiones, y Onésimo García en la trompeta.