Vitorean “Quema de Judas”

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A espaldas del viejo mercado Sonora de Ciudad de México, cientos de mexicanos vitorean la "quema de Judas", caracterizada con muñecos de papel que personifican "la maldad humana", y que tienen como particularidad haber sido elaborados, como desde hace siglos, por una familia empeñada en mantener esa artesanía.

Colgadas con cuerdas a techos de casas de la calle de la familia Linares, figuras coloridas de papel maché (hecho con periódico, harina y agua), como una del presidente Enrique Peña Nieto con el logo de Televisa en el pecho, se incendian y explotan ante el jolgorio de los asistentes.

"El pueblo no los quiere, hicieron algo mal, aquí están", comenta la noche del sábado Luis Pablo, de 24 años, el más joven de esa familia, que desde que él era niño crea Judas, mientras explota como fuegos pirotécnicos la figura de un dinosaurio, símbolo en México de los políticos con carreras largas en el oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI, otrora hegemónico).

Los muñecos para la celebración religiosa de la Semana Santa requirieron al menos 3 días de dedicación de los Linares, que comenzaron a desarrollar esa tradición, según sus cálculos, a "fines del siglo XVII e inicios del XVIII", relata el actual jefe de la familia, Leonardo Linares.

"Ha sido de generación en generación. Esto, para nosotros, es nuestra escuela de tradición. Hemos seguido la tradición porque lo hemos visto, lo hemos palpado de padres a hijos, así es como se ha mantenido viva esta tradición, este arte", dice orgulloso Leonardo Linares entre muchas figuras polvorientas que esperan su toque final.

La idea de la noche de "la quema" de Judas, en cualquiera de sus "modernizadas" adaptaciones, es que si "truena (con el fuego) se acaba el mal", comenta Nayeli Rodríguez, una maestra que asistió al espectáculo de la calle de los Linares.

El año pasado uno de los Judas de los Linares fue un vagón del metro capitalino de una línea construida en una de las zonas de mayor densidad poblacional que costó una fortuna y fue suspendida casi inmediatamente después de su inauguración por errores estructurales.

El fallecido abuelo de Leonardo Linares, Pedro, es considerado en la zona como el creador de los alebrijes, unas coloridas y surrealistas figuras que al parecer empezó a realizar para plasmar las alucinaciones y pesadillas que tuvo cuando estuvo gravemente enfermo por una úlcera gástrica; artesanías que exportan a varios países, y que otros artistas han desarrollado también con éxito.

En los días previos a la Semana Santa la familia Linares hace una pausa en su producción habitual de alebrijes y delicadas figuras típicas mexicanas, como calaveras o catrinas (esqueletos vestidos de mujer), y se dedica solamente a hacer con sus bolsillos los Judas para quemarlos el sábado de la Semana Santa para deleite de vecinos y curiosos.

"La quema de Judas", explica Leonardo Linares, es parte de la "cultura popular, que se ha ido perdiendo muchas veces por lo caro y lo costoso que es hacer" los muñecos, cuyo costo por unidad puede alcanzar más de cuatro mil dólares.

Sus Judas están adaptados a la "modernidad, la idiosincrasia mexicana", describe.

Entre varios tipos de muñecos de ese personaje bíblico, está el "Judas político" que "representa toda la maldad humana, todas las traiciones", alude a los altos funcionarios que "hacen lo que quieren, viven del erario, tienen muchos privilegios que tú (...) no tienes", concluye el artesano.

El gobierno de Peña Nieto fue blanco de severas críticas de algunos intelectuales, figuras artísticas y ciudadanos activos en redes sociales luego de que una investigación periodística revelara que la primera dama de México, Angélica Rivera, adquirió meses antes de la victoria electoral de Peña Nieto (2012-2018) una mansión de cuatro millones de dólares a un importante contratista gubernamental.

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