Autor de una obra breve, pero sustanciosa, el escritor mexicano Juan Rulfo ha pasado a la historia por su novela “Pedro Páramo” y el libro de cuentos “El llano en llamas”, que forman parte ya de las obras maestras universales.
Nacido en el poblado de Apulco, en el estado de Jalisco, el 16 de mayo de 1917, Rulfo ha sido ubicado por su trabajo tanto dentro del realismo mágico como de la literatura posrevolucionaria de un país, cuyo paisaje rural plasmó de forma brillante, brindando no sólo una descripción sino una imagen.
De acuerdo con su biografía publicada en el sitio “juan-rulfo.com”, el escritor fue registrado en la ciudad de Sayula, aunque vivió sus primeros años en la población de San Gabriel, donde tuvo contacto con la biblioteca de la parroquia del lugar depositada en su casa, la cual le dio sus primeras lecturas que serían determinantes en su futura formación.
Tras las tempranas muertes de su padre, primero, y su madre, después, fue inscrito en un internado de Guadalajara, donde realizó sus estudios posteriores.
Al continuar con su formación en la capital de Jalisco, no pudo ingresar a la Universidad de Guadalajara debido a una huelga en esta institución, por lo que se trasladó a la Ciudad de México, donde asistió como oyente a cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Así, recibió formación en materias como Historia, Antropología y Geografía, lo que se puede rastrear en su obra literaria y fotográfica.
Entre 1930 y 1940 viaja por todo el territorio nacional y empieza a publicar sus cuentos en dos revistas, “América”, que se edita en la capital de México, y “Pan”, de Guadalajara.
En “América”, además, publica en 1949 sus primeras imágenes fotográficas, arte en el que también se desempeñó con pasión por muchos años y que se le facilitó por sus constantes viajes por el país debido a su trabajo en una empresa fabricante de neumáticos.
También en los años 40 inició su relación amorosa con Clara Aparicio, cuyo intercambio epistolar fue recogido en el libro “Aires de las colinas. Cartas a Clara” (2000). Con ella se casó en 1948 y formó una familia.
En 1952, de acuerdo con la misma fuente, obtuvo la primera de dos becas consecutivas del Centro Mexicano de Escritores. Un año después publicó el libro “El llano en llamas”, en el que incorpora siete cuentos publicados en “América” y añade ocho inéditos.
Para 1955 sacó a la luz su novela “Pedro Páramo”, aunque de ella ya había publicado tres adelantos un año antes en las revistas “Las letras patrias”, “Universidad de México” y “Dintel”.
En 1958 finalizó su segunda novela, también breve, “El gallo de oro”, pero que no sería publicada sino hasta 1980, si bien en 2010 aparecería la versión definitiva, luego de que una revisión minuciosa posibilitó eliminar errores de la primera.
Fueron, sin embargo, las dos primeras obras mencionadas las que dieron dimensión universal a Juan Rulfo, siendo admirado por escritores de la talla de Mario Benedetti, José María Arguedas, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez.
Lo mismo que por Günter Grass, Susan Sontag, Elías Canetti, Tahar Ben Jelloun, Urs Widmer, Gao Xingjian, Kenzaburo Oe y Enrique Vila-Matas, entre muchos más.
Según el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, su trabajo ha sido traducido a más de 50 idiomas, entre ellos inglés, francés, alemán, portugués, holandés, italiano, serbocroata, ucraniano, griego, chino, japonés, turco, hebreo, lapón y árabe, por mencionar algunos.
Sus dos últimas décadas de vida, de acuerdo con la misma fuente, las dedicó a su trabajo en el entonces Instituto Nacional Indigenista, lo que permitió la publicación de las colecciones más importantes de antropología contemporánea y antigua de México. Juan Rulfo murió el 7 de mayo de 1986 en la Ciudad de México.