Tulum, Quintana Roo.- La cantidad de información que se encuentra en la red de ríos subterráneos, cenotes, grutas y cavernas y que apenas son descubiertos por especialistas de todo el mundo, convierte a Tulum en uno de los
yacimientos más importantes en materia paleontológica.
El director del Instituto de la Prehistoria en América, Jerónimo Avilés Olguín, afirmó que en esta zona se detectó la presencia de perezosos gigantes, muy raros, que incluso se desconocía habitaban la zona, pues los reportes más recientes de su existencia los ubicaban en Sudamérica.
En entrevista , el especialista indicó que documentan su llegada a esta zona cuando los niveles del agua eran más bajos, y añadió que encontraron restos fósiles de la especie Nothrotheriops shastensis o perezoso de Shasta en seis diferentes cuevas.
De acuerdo con Avilés Olguín, la particularidad es que los seis restos (hallaron uno en cada cueva) no tenían cráneo, pero hace unos meses el espeleobuzo Vicente Fito Dahne dio a conocer el hallazgo en el cenote "Zapote" de Tulum, de restos intactos y casi completos de un perezoso de Shasta.
Explicó que se trata de un cráneo y esqueleto que ubicaron a 55 metros de profundidad y a 100 hacia adentro de la cavidad, y se presume que tiene una antigüedad de entre ocho mil y 10 mil años.
Este hallazgo, según el entrevistado, es un privilegio para la zona, por lo que solicitarán que el nombre de la especie tenga que ver con Tulum o con la entidad.
Asimismo, señaló que se trata de una nueva especie que no está registrada, por lo que especialistas e investigadores sugieren que en la paleontología su nomenclatura es decir el nombre sea el de "Quintana Roo-Nex" o la "Garra de Quintana Roo".
"Se trata de una propuesta que apenas se someterá, pero antes se tiene que publicar un artículo científico para iniciar el proceso académico que permita ese registro", comentó.
Sostuvo que la información que están empezando a encontrar en la zona puede equipararse a la que se ubicó en Rancho La Brea, en California, con el que se identifica a una era conocida como Labreana.
"En Tulum estamos parados sobre parte de la historia de los seres vivos, hay que ir a buscar esa información", exhortó.
Avilés Olguín dijo que ya encontraron información en esta zona que revela importante movimiento natural, de seres vivos, incluso miles de años antes de los mayas.
En declaraciones aparte, el director del museo de la Prehistoria Parque Dos Ojos, Eugenio Aveces, indicó que en el museo hay piezas que son réplicas de humanos y animales, las cuales superan los 10 mil años de antigüedad.
El funcionario afirmó que en el museo hay una explicación del origen del caballo y otras especies en este continente, además de los hallazgos de esqueletos humanos más antiguos de América en la zona norte de Quintana Roo.
Comentó que se trata de la información primordial que ofrecerán en el Museo de la Prehistoria, recinto que alberga más de 15 piezas, réplicas de seres vivos que vivieron en la Era del Hielo.
"Tenemos información de que en esta región se tuvo una actividad importante mucho antes de las primeras civilizaciones mayas", agregó sin ahondar en el tema.
Por su parte, Avilés Olguín precisó que este proyecto en el cenote Dos Ojos comenzó desde hace seis años, pero desde 2014 iniciaron los recorridos, tanto en el recinto, como en la red de cenotes que hay en la zona.
Subrayó que ya son más de 15 años de investigación en la red de ríos subterráneos y cenotes de Tulum, que colaboraron y lo siguen haciendo especialistas de otros países como de Alemania, a través de la oficina local del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Añadió que la inversión para realizar este proyecto fue de alrededor de dos millones de pesos, lograda en conjunto por el Instituto de la Prehistoria de América y el ejido Jacinto Pat, demarcación donde el museo se encuentra.
En ese sentido, el presidente del Comisariado Ejidal de Jacinto Pat, Eleazar Maas Kinil, precisó que en este esfuerzo participan 175 familias, y es bajo esta comunidad que se encuentra el Sistema de Cuevas Dos Ojos, el tercero más grande del mundo, con más de 80 kilómetros de cuevas exploradas.
"Los museos son espejos, en ellos podemos mirarnos, descubrir cosas sobre nosotros mismos para conocernos mejor. Para saber de dónde venimos y para decidir hacia dónde queremos ir", dijo.