La pianista surcoreana Wonmi Kim, quien ha recibido premios internacionales y se ha presentado con destacadas orquestas sinfónicas a nivel internacional, aseveró que para aproximarse a la música de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), uno tiene
que ser un tonto o un genio.
"Me acerco más como una tonta, porque es música que fue escrita por un hombre, pero no es una música de hombres, sino es de una inspiración divina y uno tiene que acercarse con humildad divina para interpretarla", explicó la concertista.
En el concierto que ofrecerá la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata de la Universidad Nacional Autónoma de México, bajo la dirección de Gustavo Rivero Weber, será la pianista invitada para tocar "Concierto para piano no. 21", de Mozart, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (CCU), el próximo 31 de enero.
"Este concierto, particularmente el segundo movimiento es muy famoso y es conocido por anuncios de café, es un ejemplo de cómo esta música es una tonada divina, no en el sentido de un sueño, sino como que está en el aire y en unos cuantos compases se logra captar este aire", explicó la pianista, quien recordó que Mozart es uno de los más grandes compositores.
Wonmi Kim, quien el año pasado ofreció un recital con la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata de la UNAM en la sala de conciertos del CCU, expresó que la energía que tienen las agrupaciones juveniles es única y eso lo disfruta mucho.
Asimismo, dijo que es importante que esos jóvenes que van a ser los músicos del futuro se entrenen con profesionales.
Respecto a tocar música antigua o de compositores clásicos, la concertista dijo que la mayoría de los pianistas empiezan su aprendizaje en el piano a partir de Johann Sebastian Bach, y ella tuvo la fortuna de residir en Bolonia, Italia, donde hay un órgano de 1479, que aún sigue funcionando.
Explicó que eso le ha permitido abordar repertorio del renacimiento, por lo que le gusta tanto la música antigua y la romántica.
Narró que su primer contacto con el instrumento fue a partir de que su papá, quien era un periodista importante en Corea, editor en jefe de periódicos, televisión y radio y un apasionado de la música compró un piano.
Recordó que el piano que su papá compró no era para ella, sino para sus hermanas mayores para que aprendieran, pero tocaban tan mal que ella de chiquita alcanzaba solamente a ver las teclas, casi al frente de los ojos, se desesperaba y corregía a alguna de ellas porque no era la tecla correcta. A partir de ese momento, la llamaron para que aprendiera a tocar.
La surcoreana Kim comenzó a tocar el piano a los cuatro años y a los siete dio un concierto en televisión con la Orquesta de Cámara de Seúl. En 1982, egresó del Instituto de Música Curtis en Filadelfia, donde estudió con Jorge Bolet.
Entre los premios que ha ganado se encuentran el Rachmaninov, el Internacional Busonu y el Tercer Concurso Internacional Liszt de Parma en Italia.
El programa del concierto que ofrecerá la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata de la UNAM, bajo la batuta de Gustavo Rivero Weber, se complementará con la "Obertura" de "La clemenza di Tito" y "Los preludios" de Franz Liszt.