Es evidente que esta obra de teatro escrita por Mark St Germain, es la adaptación de un libro escrito por un profesional en la materia. Armand Nicoli, doctor en psiquiatría, recreo en La pregunta de Dios, una entrevista ficticia entre el escritor cristiano C.S.
Lewis (Las Crónicas de Narnia) y el padre del psicoanálisis Sigmund Freud.
Desde el punto de vista Transgeneracional, la pregunta con la cual la obra transita en la hora y media de exposición, es sólo un pretexto, que el autor utiliza para poner de manifiesto los temas pendientes en la vida de estos dos exitosos hombres.
En un juego de espejos, donde ambos lanzan el anzuelo a su contraparte, reciben de regreso la respuesta, qué de haber estado conscientes de sus verdaderos conflictos, de forma sencilla hubiesen podido transitar a través de ellos a partir de sólo reconocerlos y aceptarlos.
Un padre ortodoxo del tema religioso y el otro padre alejado de la estructura de estas ideas, van a promover hijos que invariablemente busquen en La pregunta de Dios, una forma de ajustar la relación con sus progenitores con el pretexto divino. CS Lewis y Freud harán las veces de sus padres sin saberlo, serán representantes que confrontaran a los hijos en escena. La mejor constelación familiar no podría hacerlo de forma tan tácita. Tendrán el espacio virtual, donde ambos podrán comunicarse con sus padres y exponer las vivencias infantiles que promovieron sus estados actuales de pensamiento.
No por nada, la obra está situada veinte días antes de la desaparición física de Freud. Las oportunidades viajan en círculos del tiempo que van a promover la resolución para vivir en un estado de paz, tal vez ésta, fue una de las motivaciones del escritor del libro, mostrar la pauta que las sesiones terapéuticas ofrecen a ambos participantes, quien quiera que sea el consultor o el consultante.
La puesta en escena de la Última Sesión de Freud en el Teatro Helénico, es un valioso ejemplo pedagógico de la forma en la cual, los terapeutas entran en transferencias y contratransferencias con sus pacientes, que de ninguna forma puede ser considerado como una situación negativa, sino la ocasión que como Jung establecía, de conocer nuestro estado interior proyectado en el otro.
Hasta el 15 de Abril en el Conjunto Cultural Helénico bajo la dirección de José Caballero y con la producción de Jorge Ortiz de Pinedo.