Expertos revelan detalles sobre salvamentos arqueológicos en Mérida

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Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hicieron un recuento de las tareas de salvamento arqueólogico en torno a lo que fue T’hó, antigua urbe maya que existió en lo que hoy es el municipio de Mérida, en Yucatán.

En el Museo Nacional de Antropología (MNA), los arqueólogos Luis Pantoja, José Huchim, Luis Millet y Rafael Burgos, del Centro INAH Yucatán, quienes participan en las labores de salvamento en ese estado, dieron a conocer detalles sobre los trabajos que se han intensificado en la última década.

Los hallazgos de esa labor, indicaron, conforman la exposición "T’hó. La vida prehispánica en Mérida", que se presenta hasta mediados de años en el Museo Regional de Antropología. Palacio Cantón, en la capital yucateca.

De acuerdo con el INAH, los expertos han recabado información sobre 14 sitios periféricos de los 223 que se tienen registrados en torno a la urbe maya T’hó, que a decir del historiador y arqueólogo Luis Millet fue comparable en monumentalidad a Chichén Itzá, Uxmal e Izamal.

En Yucatán existen tres mil 500 sitios, de los cuales poco más de 220 se han registrado en Mérida, refirió el director de la Zona Arqueológica de Uxmal, José Huchim, tras añadir que de 2002 a la fecha, más de 100 salvamentos arqueológicos han tenido lugar al norte, nororiente y poniente de la ciudad.

Incluso, en algunos casos, ha sido factible dejar expuestas estructuras prehispánicas en las áreas públicas de los nuevos espacios urbanos.

Se trata de los parques arqueológicos Dzoyilá, las Tumbas o Parque Bodas de Plata, Chen Hó, El Cerrito, Parque Arqueo-botánico Anicabil; Xanilá, en Ciudad Caucel; Soblonké, en Gran Santa Fe; Xoclán, Villa Magna I, II y III, La Joya Opichén, Girasoles de Opichén y Hool.

También existen otros sitios en los parques del fraccionamiento Las Américas, Lineal Metropolitano, Country Club y en el Científico Tecnológico de Yucatán.

De acuerdo con los expertos, esto ha permitido tener un panorama más amplio de la evolución de la dinámica social de estos espacios habitacionales a lo largo de casi dos milenios, desde Preclásico Medio, hacia 900-800 a.C., hasta el Clásico Tardío, alrededor de 900-1050 d.C.

El coordinador del Proyecto Arqueológico Región de Mérida (PARME), Luis Pantoja, detalló que en algunos sectores han notado que la presencia de agua fue un detonante importante y se desarrollaron técnicas de captación y almacenamiento de agua.

Otro aspecto relevante fue la transformación de la arquitectura doméstica, pues en periodos tempranos fueron casas de planta circular, menos elaboradas y tiempo después la forma del terreno se hizo rectangular, al igual ocurrió con los patrones de enterramiento, de consumo y uso de herramientas.

Por lo que corresponde a los vestigios de pirámides. que llegaron a medir entre seis a 12 metros de altura, y que conformaron espacios cívico-ceremoniales, ayudan a deducir cuáles fueron sitios rectores, indicó el titular del PARME.

Explicó que al nororiente, en la comisaría de Sitpach se encuentran Oxmul, Polok Ceh, Cuzam, Tzakan y San Camilo, entre otros, mientras que al poniente de Mérida es posible mencionar a Soblonké y Tsunum Opichen; y al norte Xcunyá y Tamanché.

Parte de todo ese trabajo se plasma en la exposición "T’hó. La vida prehispánica en Mérida", a través de 180 piezas inéditas, elaboradas en distintos materiales y obtenidas en las excavaciones: objetos cerámicos, de jadeíta y serpentina, metal, concha y hueso.

Sobresalen figurillas de cerámica en las que quedaron modelados los rostros de los antiguos pobladores e incluso rastros de enfermedades y deformaciones, así como collares de estuco de cal que imitan conchas.

También se exhibe el Vaso del Señor de Sitpach, el cual formó parte de la ofrenda dispuesta en el entierro de una mujer, la vasija posee jeroglíficos y posiblemente fue traída de lejos como regalo para un cacique, o bien, las figuras representarían a sus propietarios.

Además de la recreación de un entierro en cista, que consiste en un espacio cavado y delimitado con losas de piedra, además se pueden ver vasijas que contenían las osamentas de infantes, y otras donde se hallaron restos cinerarios con una rica ofrenda.

En la muestra también se detallan las distintas fases que componen el trabajo de salvamento arqueológico, desde la prospección que se hace en los terrenos para ubicar las áreas con potencial arqueológico, la excavación, el registro y control de materiales que permitirá su análisis y la comprensión general de contexto, hasta el proceso de restauración de las piezas para su presentación al público.

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