A la edad de 83 años en Tepoztlán, Morelos, falleció durante la madrugada de este 8 de agosto el caricaturista, historietista y escritor mexicano Eduardo del Río, conocido con el pseudónimo de Rius.
La secretaria de cultura, María Cristina García Cepeda, lamentó vía Twitter la desaparición del cartonista: “Con el deceso de Rius, creador de un estilo renovador, termina una época de la caricatura política y de divulgación. Mi pésame a sus deudos”.
Eduardo del Río Rius, nació el 20 de junio de 1934 en Zamora, Michoacán. Conocido por su sentido del humor, su sátira y su compromiso político, Rius publicó en su trayectoria de más de 60 años, tiras cómicas y volúmenes entre los que destacan títulos como Los Supemachos y Los Agachados.
En sus obras dedicadas al mundo del cómic introdujo elementos propios de la divulgación política. En sus más de 100 libros publicados abordó diversos temas: historia, filosofía, religión, política, medicina popular, música, gastronomía, sexualidad, pintura, y arte en general.
Fue autor de 500 años fregados pero cristianos, La trukulenta historia del kapitalismo, Cuba para principiantes, Pequeño Rius ilustrado, Marx para principiantes, Cristo de carne y hueso, La panza es primero, No consulte a su médico, El museo de Rius, Hitler para masoquistas, Los Panuchos, Guía incompleta del jazz, La iglesia y otros cuentos, Manual del perfecto ateo, Votas y te vas, ¿Sería católico Jesucristo?, Mis confusiones, su libro de Memorias desmemoriadas, entre otros.
Fue seminarista en su infancia y adolescencia. Trabajó en la funeraria Gayosso haciendo labores administrativas, donde conoció casualmente a Francisco Patiño, director de la revista Ja-já, (Excélsior), quien lo invitó a colaborar. Ahí aparecieron sus primeros cartones.
En vida, Rius se propuso contribuir a la educación y politización del mexicano, combatir la alienación y favorecer el espíritu crítico. Fue fundador de publicaciones como El mitote ilustrado y creó con Naranjo, Soto, Magú y otros moneros, Insurgencia popular, informativo del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT).
En los años sesenta fundó y dirigió las revistas Los Supermachos y Los Agachados, que constituyen un hito en la historia de la crítica política en México.
Dejó huella en la historia del periodismo mexicano. Colaboró en los principales diarios y revistas: Proceso, Siempre!, Sucesos o Política. También en los periódicos El Universal, Ovaciones, La Prensa. Sus últimas colaboraciones periodísticas aparecieron en La Jornada, bajo la dirección de Carlos Payán.
Creó revistas de humor político y blanco: La Gallina, Marca Diablo, La Garrapata, El Chahuistle y El Chamuco, y Los Hijos Del Averno.
Fue galardonado con varios reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Periodismo de México y el Premio de Caricatura La Catrina 2004, concedido por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
En 2016 recibió el Primer Reconocimiento de Caricatura Gabriel Vargas, en el Museo del Estanquillo, por considerarlo un referente cultural en el país. Tenía más de una década radicando en Tepoztlán, Morelos.