Los datos de la nave espacial Galileo proporcionaron evidencia independiente de que el depósito de agua líquida subsuperficial de Europa, luna de Júpiter, puede estar vertiendo columnas de vapor de agua sobre su caparazón helado, reveló la NASA.
La información recopilada por la misión Galileo en 1997, fue sometida a nuevos modelos informáticos para descubrir un misterio, una curva breve, ubicada en el campo magnético, que no había tenido explicación.
Las imágenes ultravioletas previas del Telescopio Espacial Hubble de la NASA sugirieron la presencia de plumas, sin embargo, este nuevo análisis usó datos más cercanos a la fuente y se considera fuerte, corroborando el soporte de las plumas.
La investigación fue dirigida por Xianzhe Jia, físico espacial de la Universidad de Michigan en Ann Arbor y autor principal del artículo publicado este día en la revista "Nature Astronomy".
“Los datos estaban allí, pero necesitábamos un modelo sofisticado para dar sentido a la observación”, dijo Jia, coinvestigador de dos instrumentos que viajarán a bordo de Europa Clipper, próxima misión de la NASA para explorar la habitabilidad de la luna.
El grupo de investigación de Jia se inspiró mediante la presentación que hizo Melissa McGrath, del Instituto SETI en Mountain View, California, a sus compañeros de la misión Europa Clipper, donde destacó otras observaciones de Hubble sobre la luna.
“Uno de los lugares que ella mencionó sonó. Galileo hizo un sobrevuelo de ese lugar, y fue el más cercano que tuvimos. Nos dimos cuenta de que teníamos que regresar. Necesitábamos ver si había algo en los datos que pudiera decirnos si había o no una pluma”, explicó Jia.
Al momento del sobrevuelo en 1997, Galileo se encontraba a 200 kilómetros sobre la superficie de Europa, luego de examinar de nueva cuenta la información de hace 21 años, se observó una curva breve y localizada en el campo magnético que nunca se había explicado.
“Ahora parece haber demasiadas líneas de evidencia para descartar penachos en Europa. Este resultado hace que las plumas parezcan ser mucho más real y, para mí, es un punto de inflexión. Ya no se trata de puntos inciertos en una imagen lejana”, dijo el científico del proyecto Europa Clipper, Robert Pappalardo.
Europa Clipper podría ser lanzada en junio de 2022, desde su órbita de Júpiter, navegará cerca del satélite natural del quinto planeta del sistema solar, en sobrevuelos rápidos de baja altitud.
Lo anterior para determinar si las plumas arrojan vapor desde el océano de Europa o lagos subterráneos, así la nueva misión podría tomar muestras del líquido congelado y partículas de polvo.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), informó que el equipo del proyecto se prepara para estudiar posibles rutas orbitales.
“Si existen columnas y podemos tomar muestras directamente de lo que viene del interior de Europa, entonces podemos ver con mayor facilidad si Europa tiene los ingredientes para la vida. Eso es lo que busca la misión. Esa es la gran imagen”, explicó Pappalardo.