La historia ferroviaria de México es rica y vasta. Fue en 1837, cuando se otorgó la primera concesión para construir un ferrocarril entre Veracruz y la Ciudad de
México. En 1842, Antonio López de Santa Anna autorizó la construcción de un nuevo ferrocarril que iba de Veracruz a San Juan; para el año de 1873, México trazaba a lo largo de su territorio, una red ferroviaria que vio su apogeo en la época del Porfiriato.
Si quieres conocer la trascendencia histórica de los ferrocarriles en México, te invitamos a visitar el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, el cual abrió sus puertas al público el 5 de mayo de 1988 y desde entonces, se ha dedicado al rescate, conservación, estudio y difusión de la historia, tecnología y cultura ferrocarrileras.
La sede del MNFM se localiza en los patios de maniobra y servicio de las antiguas estaciones del Ferrocarril Mexicano y del Mexicano del Sur, ambas construidas en el siglo XIX. Hoy en estos espacios conviven armónicamente la historia, la magia y la nostalgia.
A lo largo de sus 30 años de fundación, el Museo ha logrado integrar una gran colección que lo hace el más importante de su tipo en México y América Latina. De ésta destacan 90 unidades de equipo rodante, pertenecientes a distintas épocas y lugares; algunos ejemplos son las locomotoras, vagones, coches y maquinaria de trabajo.
También cuenta con 22,603 bienes históricos, conformados por mobiliario de oficina, herramientas de trabajo de las distintas ramas del ferrocarril, equipo de telegrafía y comunicaciones, indumentaria, señales, letreros y piezas de colección artística, entre muchos otros. Asimismo, el Museo cuenta con un importante acervo documental conformado por 40 mil publicaciones especializadas en el tema del ferrocarril; tres mil metros lineales de archivo histórico; 200 mil planos y 86 mil imágenes del sistema ferroviario mexicano. Parte de esta colección recibió, en el año 2016 el Registro Memoria del Mundo de México, por parte de la UNESCO.
En la sección de andenes se puede admirar la belleza y majestuosidad de las locomotoras, coches de carga y pasajeros, destacando entre ellos la locomotora de vapor O de M 2, protagonista de algunas películas y series televisivas; las locomotoras eléctricas DH 17 y DH 19, únicas sobrevivientes de un lote de 200 máquinas de ese tipo que se construyeron en Estados Unidos; un coche correo, los coches especiales Sonora y Ávila Camacho, el coche dormitorio Tláloc y el Coche Club, entre muchos otros.
El museo cuenta también con extensos jardines, donde los visitantes pueden tomar un descanso antes de continuar su recorrido por la segunda sección, donde se localizan El vagón de la ciencia, la Ludoteca, la Bebeteca, la Biblioteca pública y El vagón de la radio, espacios que ofrecen distintas actividades a niños y jóvenes.
Mediante exposiciones temporales, publicaciones, conferencias, conciertos y encuentros, el Museo promueve la divulgación e investigación en torno a los ferrocarriles y trabaja permanentemente en propuestas educativas y de comunicación que fomentan el acercamiento de los distintos públicos al patrimonio ferroviario de una manera vivencial, lúdica y participativa. Visítalo en Calle 11 Norte número 1005 en la ciudad de Puebla, de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas. Costo de la entrada es de $15.00. Los domingos la entrada es libre.