El Programa de la Cruzada Nacional contra el Hambre, “está incompleto”, ya que no incluyeron en el mismo la creación de 100 universidades en las comunidades indígenas y campesinas, sostuvo José Jacobo Femat, líder del Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros, e indicó que dentro de dicho programa el Gobierno Federal debe agregar estrategias que sirvan en el impulso de la educación universitaria en las zonas más pobres del país, a fin de que las nuevas generaciones no emigren y apliquen sus conocimientos en la explotación controlada de los recursos naturales y minerales así como a la producción interna de alimentos.
Solicitó al presidente Enrique Peña Nieto así como la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga; al secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor y a la directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Nuvia Mayorga Delgado, apoyar la construcción y reconocimiento de 100 Universidades de la Tierra y el Agua para indígenas y campesinos que habitan comunidades de no más de 2 mil habitantes.
También se pronunció por la suma de voluntades políticas de servidores públicos así como de diversas organizaciones campesinas para impulsar la Cruzada por el Conocimiento paralela a la Cruzada Nacional contra el Hambre.
El dirigente camopesino dijo que lo anterior implica un diagnóstico de los jóvenes de los municipios más pobres de México para que la autoridad compruebe que quienes concluyen la educación básica terminan como jornaleros o artesanos, en el mejor de los casos, pero otros emigran o se incorporan a las filas de la delincuencia organizada.
Reveló que con estas cien universidades bien podrían beneficiar, en una primer etapa, a un millón de jóvenes que salen anualmente de la educación básica y que reclaman una mayor instrucción y la cual podría estar enfocada a carreras como Medicina, Desarrollo Sostenible Alimentario, Derecho y Sociología.
Jacobo Femat, advirtió que ya existe un primer ejercicio de Universidad de la Tierra y el Agua, en el municipio de Apango, Guerrero.
Comentó que en dicho municipio el ingreso promedio oscila entre los 80 y 90 pesos diarios por habitante, lo que habla de la precariedad de la región donde el ingreso se obtiene principalmente del mezcal, la artesanía y la producción de palma.
Enfatizó que en la Universidad de la Tierra y el Agua del municipio de Apango, Guerrero, se busca impulsar el potencial humano, ya que anualmente 300 jóvenes terminan la media superior y reclaman un espacio educativo por lo que insistió: “no podemos apostarle a la Cruzada Nacional contra el Hambre si no aprovechamos –a través del conocimiento– la producción de alimentos y su comercialización”.
Informó que en esta institución piloto ya hay académicos de la UNAM, UAM y Universidad de Guerrero impartiendo carreras como Medicina, Desarrollo Sustentable Alimentario y Sociología a más de 80 estudiantes entre hombres y mujeres.
Terminó indicando que con el apoyo el Gobierno Federal, estatal y municipal, en un corto plazo, podrían incluirse en la Cruzada Nacional contra el Hambre, cien universidades más, que en comunidades indígenas y campesinas de alta y muy alta marginalidad de los estados de Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas, Guerrero y Oaxaca y Sonora, para pueblos originarios como los mixes, los zapotecos, miztecos, otomíes y yaquis.