Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) crearon una disposición reglamentaria para el uso adecuado de cuevas y cenotes de Yucatán, Campeche y Quintana Roo a partir del año próximo.
El director de Operación de Sitios del INAH, Antonio Huitrón, añadió que ello se realizará con el propósito de fortalecer la protección y conservación del patrimonio cultural arqueológico, histórico y paleontológico contenido en esos sitios.
Señaló que el documento servirá para instruir a los propietarios, posesionarios y usuarios de las cuevas y cenotes sobre las acciones que deberán seguir para su salvaguardia.
Así como los cuidados y restricciones establecidas en los diferentes ordenamientos jurídicos internacionales, federales, estatales y municipales en la materia, abundó.
Es un documento normativo institucional que deberá pasar por todos los procedimientos de mejora regulatoria, que tiene relevancia porque es conformado a partir de una necesidad compartida entre los tres centros INAH del sur del país, destacó.
Refirió que la reglamentación incluye disposiciones que emanaron de otras normativas en materia de patrimonio cultural y de recursos naturales, que se agrupan como protección del patrimonio arqueológico, histórico y paleontológico de cuevas y cenotes.
El coordinador nacional de Arqueología del INAH, Pedro Francisco Sánchez Nava, indicó que esto deriva de que los cenotes se han convertido en áreas de turismo de aventura y de buzos espeleólogos, y la fragilidad de estos, hace necesario un protocolo de protección.
Mencionó que en últimas fechas se han realizado cinco reuniones con los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo para realizar un diagnóstico de la situación y redactar un documento que contribuya a la protección de los bienes paleontológicos y culturales.
El diagnóstico arrojó que ha habido saqueo incidental, “a algunas personas se les hace muy sencillo sacar una vasija de los cenotes, o las prácticas de buceo no son las adecuadas, pues remueven los sedimentos y alteran toda la deposición del sitio, de ahí la importancia de esta reglamentación”.
Momentó que otro de los acuerdos que se derivó de la última reunión, realizada en Yucatán el lunes pasado, es la de avanzar en un atlas de cenotes.
“El registro de los espacios y tenerlos georreferenciados e inscritos en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, será una primera forma de protección, posteriormente se hará un diagnóstico de su situación y los riesgos naturales y antropogénicos”, dijo.
Comentó que una vez que se concluya el registro, intercambiarán información con otras instancias que tienen interés en esos espacios, como la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Ello, continuó, para implementar las disposiciones reglamentarias que permitan que las entidades cumplan con su labor de investigación, protección y disfrute de estos espacios.
Dijo que se buscará un acercamiento con prestadores de servicios, guías, asociaciones de buzos, espeleólogos, comunidades, ejidatarios y pequeños propietarios para tratar de llevar un registro de quién acceda a los cenotes.
El especialista mencionó que la posición del INAH es hacer una reglamentación común con las entidades, para que todos compartan la responsabilidad en el ámbito de su competencia. El documento ya está terminado, sólo falta que lo avalen los órganos jurídicos.
Otro de los acuerdos al que se llegó fue la implementación de una cédula común, que sería una especie de acta de nacimiento de cada uno de estos sitios.
Se estima que en el estado de Yucatán existen cerca de 5 mil cenotes y unos 10 mil en toda la península.