Yolanda Cruz es la primera cineasta indígena mexicana que recién firmó un contrato para realizar un documental con historias mágicas indígenas.
Cruz, quien ha realizado en su carrera siete documentales, tiene listo emprender la producción de “La raya”, para Canana Films la productora de Gael García Bernal y Diego Luna.
Los trabajos de Cruz que lograron trascender en el festival de Sundance le han merecido comentarios positivos de grandes actores, guionistas y directores.
“En el taller de guión y dirección de Sundance uno de mis asesores fue Robert Redford, el creador de Sundance, quien me recomendó seguir trabajando historias mágicas indígenas”, citó Cruz.
“Me felicitó por mi trabajo y me ha sugerido que no me ponga límites, además de que me compartió que a él le apasiona el cine indígena”, añadió la cineasta mexicana.
“Pero ahora que estamos en el documental ‘La raya’ el cinematógrafo mexicano Emmanuel Lubezki me está asesorando para la producción”, compartió.
“La raya”, que está a semanas de iniciar su rodaje, narra la historia de una comunidad indígena con predominio de mujeres y niños ya que hombres se han ido a Estados Unidos.
Su vida cambia cuando a unos niños llega un refrigerador y como éste de manera radical cambia la vida de todos en su entorno, y con ello Cruz describe una realidad tremenda de esa comunidad.
“Siempre he sentido la necesidad de contar nuestras historias y si se me está dando esta posibilidad lo quiero seguir haciendo”, señaló Cruz, quien radica en Los Ángeles.
Cruz, quien nació y creció en Cieneguilla, un pequeño pueblo de Oaxaca y llegó a los 16 años a Estados Unidos, tiene una maestría en dirección y producción de cine en la Universidad de California en Los Ángeles.
Su primer proyecto de ficción, “La raya”, fue seleccionada para participar en el taller de guión y dirección de Sundance en el 2011.
Durante su trayectoria Cruz ha dirigido y producido siete documentales, premiados internacionalmente, entre ellas su obra más reciente “Reencuentros: 2501 Migrantes”.
Este último narra la obra de un escultor que hizo dos mil 501 bustos, en honor al éxodo de emigrantes de una comunidad oaxaqueña a Estados Unidos, y ganó el premio como Mejor Largometraje Documental en Expresión en Corto 2009.
Sus trabajos en su mayoría abordan a fondo el impacto de la migración indígena mexicana a Estados Unidos y otros como los matrimonios del mismo sexo en la Unión Americana.
La cineasta ha recibido el apoyo de prestigiosas organizaciones como La Fundación Rockefeller, Latino Public Broadcasting y la Fundación Ford.
Sus obras han sido proyectadas con gran éxito en festivales como Sundance, y museos como Guggenheim de Nueva York, Park la Villete, All Roads Film Project de National Geographic y el Instituto de Cine Mexicano en la Ciudad de México.
Cruz con una estatura pequeña y su tez morena, contrasta con su seguridad y su convicción cuando se le pregunta sobre si ha enfrentado racismo en su devenir.
“El racismo está en los otros no en mí. Si esa mentalidad está en la gente, el problema se queda en ellos, en mí sólo los retos a seguir creciendo en mi vida y en todos los aspectos”, enfatizó.
“Esto es mi vida, así que esas cosas del racismo aunque no se pueden ocultar porque existen, para mí sólo está mostrar lo que me apasiona y eso también lo demuestro cuando encuentro el racismo en el cine”, finalizó.