Como explosivo, simpático, agradable, seductor, un hombre que aconsejaba a los jóvenes escritores ser insolentes, irreverentes, porque el mundo de las letras es un trabajo duro y quien no sienta que trae algo, lo abandonará, recordó la cronista Josefina Estrada a Ricardo Garibay.
En la presentación de la antología "Ricardo Garibay", realizada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas, la también narradora aseguró que a punto de cumplirse 15 años de la muerte del Premio Nacional de Periodismo 1987, no sólo sigue vivo, sino que se trata de un “clásico en vida”.
“Lo maravilloso de esta antología es que vuelves a tenerlo y tanto él como su obra son un clásico. Juan Rulfo y otros autores, pudieron ver eso y es que no puede entenderse la literatura mexicana sino está Garibay, tendría que haber un hueco para llenarlo, pero ya está lleno y ya lo cabrío”, señaló.
Acompañada de los escritores Francisco Hernández, Guillermo Vega Zaragoza y Rafael Pérez Gay, la compiladora de esta obra editada por Cal y Arena, recordó a Garibay como uno de los escritores que más hablaron de sí mismos.
“En este libro no se reúne ni novela, ni teatro, porque las características de su prosa están perfectamente representados en los géneros que elegimos que fue ‘Paraderos Literarios’, ‘Memoria’ en donde recupera un México de los años 20; de tal manera que cultivó mucho el género autobiográfico”, dijo.
Cuentos, memorias, crónicas, semblanzas, diálogos y paraderos literarios, que marcan etapas significativas en la vida de Ricardo Garibay (1923-1999), forman parte de esta antología, en la que se ofrece un viaje por el México de aquellos años.
Asimismo, es un material que busca dar a conocer al consagrado de la palabra, un escritor de prosa y cadencias que lo vuelven único.
“Es un libro fundamental para todos aquellos que tengan una biblioteca, porque desde siempre fue muy difícil tener los libros originales de Garibay; algunas personas tenemos los diez libros, pero vale la pena invertir en este volumen que es casi como Garibay en persona, porque es poderoso por sí mismo”, indicó.
En su oportunidad, Rafael Pérez Gay recordó a Garibay como uno de los escritores fundamentales del siglo XX mexicano y agregó que en esta obra, la narradora Josefina Estrada se propuso rendir un homenaje al autor hidalguense.
“Siempre tuve la noción de que la obra de Garibay había cruzado el tiempo de las letras mexicanas, dominadas por una paradoja; es una rara contradicción que se enquisto en la obra de Garibay cuando decidió ser parte del selecto círculo de escritores que también eran un personaje.
“Y ese personaje, se le debe lo más notable de su obra, peor tiene la maldición de los autores prolíficos y las agitaciones de una vida larga, extravagante y feliz”, consideró.
Al respecto, Guillermo Vega comentó que hace 50 años, Garibay estuvo presente en Bellas Artes, en el ciclo “Los escritores frente al público”, como parte de una tanda en la que participaron autores de la talla José Emilio Pacheco, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Rosario Castellanos, Carlos Fuentes, Vicente Leñero, Carlos Monsiváis y Salabardo Elizondo, entre otros.
Rememoró que escuchar a Garibay era un juego de luces, pues “llegó a ser por derecho propio un escritor reconocido, arrolladoramente premiado y aplaudido por un público unánime, en punta de los que conforman su generación”.
Vega opinó que nunca antes nadie en de la historia de la literatura mexicana escribió tanto como Garibay.
“Y nunca antes, una obra había sido ninguneada por la cultura oficial; los cenáculos culturales y estudios académicos como la suyos, todo se debe a su forma de ser: al piba y pendenciera, intolerante ante la mediocridad y de la fúrica reacción ante las actitudes genoflexas”.
Por su parte, Francisco Hernández dedicó su breve participación a la memoria del recién fallecido poeta argentino Juan Gelman (1930-2014),
Durante su intervención, leyó una especie de “carta” en la que elogió la vida y obra de quien es considerado uno de los mejores cronistas del siglo XX, al tiempo que criticó porque el propio Garibay, no fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes y como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.
Al término de su charla, Hernández dio voz a un par de fragmentos de la obra literaria, del escritor y periodista Ricardo Garibay.