Una cultura navegable de los libros como forma primigenia de circulación de productos edificantes es la idea que ofrece la colección de ensayos Hermenáutica de Luis Bugarini, que será presentada por Miguelángel Díaz Monges, Héctor Iván González, Sidharta Ochoa y el autor, el martes 21 de octubre a las 19:00 horas en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia.
En este volumen, Luis Bugarini reúne ensayos acerca de autores notables. Los textos incluidos en Hermenáutica fueron publicados previamente en diarios y revistas del país desde 2003. Luego de buscar entre estantes de libros propios y ajenos, nació en Bugarini la idea de reflexionar en torno a temas y escritores que lo apasionan, y a quienes dice leer por obstinación. Fue así como zarpó al mar de lecturas a las que hace referencia este libro.
Al navegar entre ellas, Bugarini supo que en la obra de estos autores había un mensaje cifrado que debía poner en la mesa de discusión. Es así como a lo largo de estas páginas se pueden encontrar meditaciones acerca de escritores utópicos, atípicos, distópicos y entrópicos, según se hace referencia en la división de los capítulos.
La visión integradora de Gaston Bachelard, la idea del viaje en la literatura de Sergio Pitol o el elemento de la memoria en la obra de Susan Sontag son algunos de los temas abordados en esta cartografía general que, debido a su carácter diverso, hace un llamado a la personalización, según ha descrito el mismo Bugarini.
Enrique Vila-Matas, Claudio Magris, Stefan Zweig, Yukio Mishima, Roberto Bolaño, Alejandro Rossi y Yasunari Kawabatason algunos de los escritores acerca de los que reflexiona Bugarini en Hermenáutica. Haber leído los libros de estos autores conformó una línea de luz que, según ha dicho Bugarini, le permitió integrar una visión del hecho literario. Somos lo que hemos leído, asegura.
El lector podrá encontrar en estos ensayos una ruta de viaje formada por textos que fueron estrictamente planeados para ser publicados de esta manera por su autor. No quedó nada a la suerte, aun cuando los libros de estos escritores navegaron un océano de accidentes antes de llegar a las manos de Bugarini.