Una investigación conducida por miembros de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) reveló que varios alimentos de origen vegetal y animal están contaminados de Salmonella, lo que representa un grave problema ambiental y de
salud.
Mediante un análisis microbiológico de recolección de muestras en el Valle del Mezquital, que incluyó los municipios de Tepeji, Tula, Tlahuelilpan y Actopan, los expertos identificaron al menos 155 cepas de esta bacteria en aguas negras usadas para riego y campos de cultivo.
“El propósito fue realizar un rastreo de cepas de Salmonella en muestras ambientales y de alimentos con el objetivo de conocer dónde empieza la diseminación o fuente primaria de infección”, dijo Eduardo Jahir Gutiérrez Alcántara, estudiante del doctorado en Ciencias Ambientales.
Gutiérrez Alcántara subrayó que como antecedente para iniciar esta investigación, los cultivos de dicha región del estado han sido irrigados con aguas residuales provenientes del Distrito Federal por más de 100 años.
Incluso, el científico expuso que hay pesticidas, metales pesados y antibióticos que tienden a acumularse en suelos, vegetales y pastos, éstos últimos también son utilizados como alimento para animales en engorda, y así entran en la cadena alimenticia.
Es así como Gutiérrez Alcántara en conjunto con otros cuatro investigadores analizaron y compararon con un software las similitudes existentes entre las cepas halladas, de acuerdo al perfil de resistencia a ciertos antibióticos.
De esta manera, los expertos relacionaron las cepas aisladas de suelos, aguas negras y de algunos alimentos vegetales que recolectaron del Valle del Mezquital, con aquellos (vegetales y carnes) procedentes de mercados de Pachuca y Mineral de la Reforma.
Refirió que los primeros resultados de laboratorio mostraron la presencia de 740 cepas. “Algunas de estas variantes tienen un perfil parecido y otras son idénticas a los alimentos examinados de todos los municipios”, agregó.
El especialista precisó que en la carne cruda de res, en comparación con la de pollo, se encontró hasta 70 por ciento de Salmonella y dicha bacteria es resistente a ciertos antibióticos.
“Esto es porque se carece de medidas de higiene dentro de los rastros y hay una contaminación cruzada al momento de sacrificar a los animales, lo que detona la propagación de microorganismos en los canales de distribución hasta llegar al mercado”, comentó.
Ejemplificó que entre los vegetales analizados, el cilantro tuvo 35 por ciento de prevalencia de esta bacteria y le siguieron los nopales, con 27 por ciento, y las zanahorias, con 11 por ciento.
Gutiérrez Alcántara indicó que en el caso del cilantro es algo alarmante “porque generalmente se consume crudo y muchas veces no hay una buena inocuidad, pues la gente acostumbra a lavarlo solo con agua y quitarle los sólidos (tierra o materia extraña), sin utilizar un desinfectante que garantice la disminución de este y otros microorganismos”.
Un aspecto aún más relevante es que 50 por ciento de las cepas encontradas resultaron resistentes a por lo menos 14 antibióticos como ampicilina, estreptomicina, ceftriaxona y cloranfenicol, aunque este último está prohibido en México y en otros países porque se ha asociado a casos de cáncer y anemia, argumentó el investigador.
“Esto constituye un serio problema de salud pública porque se desencadenan infecciones difíciles de tratar por la resistencia a los antibióticos”, advirtió.
El estudiante del doctorado señaló que lo anterior podría tener una relación con los tres brotes de la salmonelosis registrados en Hidalgo durante los últimos tres años, los cuales provocaron la muerte de personas por el consumo de carne contaminada.
Mencionó que la salmonelosis -enfermedad causada por Salmonella- llega a alojarse en el intestino de los animales y del ser humano, siendo éste su hábitat natural. Los síntomas incluyen fiebre alta, diarrea, dolor abdominal, náuseas y vómito, que suelen manifestarte entre seis y 72 horas.
Para prevenirlo, Gutiérrez Alcántara exhortó a la población a lavar bien frutas y hortalizas, especialmente si son consumidas crudas, y cocinar debidamente los alimentos.
“Basta con lavar y sumergir los vegetales dentro de un desinfectante comercial o una solución clorada, que consiste en preparar en dos mililitros de cloro por litro de agua”, argumentó.
Agregó que el estudio tiene un avance del 95 por ciento y todavía falta realizar pruebas moleculares que involucran el ADN, a fin de conocer la relación o parentesco entre los serotipos de Salmonella.
La investigación, que desarrolló el equipo del Centro de Investigaciones Químicas de la UAEH, obtuvo el segundo lugar en un congreso internacional de inocuidad alimentaria celebrado en Nuevo Vallarta, Nayarit, durante noviembre de 2014.