Cada año se diagnostican en México por lo menos cinco mil casos de cáncer de testículo, el más frecuente en jóvenes de entre 15 y 35 años de edad.
Aunque es de baja incidencia -de cuatro a cinco por cada 100 mil-, en 60 por ciento de
los casos se detecta en etapas tardías y en una tercera parte de ellos con metástasis en pulmones y cerebro.
En conferencia de prensa organizada por el Cancer Treatment Centets of America (CTCA), expertos indicaron que en cualquier etapa de la enfermedad el primer tratamiento es la extirpación del testículo donde está el tumor.
Alejandro Arce, oncólogo de la red de médicos mexicanos del CTCA, dijo que ese tipo de padecimiento tiene un alto índice de curación en etapas tempranas y cuando es abordado de manera multidisciplinaria.
"Considerando que afecta principalmente a jóvenes en edad reproductiva es importante acompañar el tratamiento con terapia psicológica porque es impactante para ellos verse con un sólo testículo. También se les puede colocar una prótesis de silicón que les da apariencia natural.
"Es igualmente importante que se les informe sobre su fertilidad, porque de ser necesario complementar la cirugía con una terapia de quimioterapia o radioterapia los pacientes tendrán que congelar su semen porque se atrofia la materia germinal con esos procedimientos", explicó.
En tanto Mayra Galindo, directora general de la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer (AMLCC), llamó a eliminar tabúes relacionados con la autoexploración de los testículos para poder orientar a los jóvenes y detectar a tiempo la enfermedad, porque al haber metástasis el pronóstico de sobrevida es de tres o cuatro años.
Los factores que pueden hacer sospechar de un cáncer testicular es el crecimiento, dureza o que se presente alguna verruga .
Tener entre 15 y 35 años de edad, infección por VIH y antecedentes de que un testículo no descendió por su cuenta, así como la herencia familiar, figuran entre los factores de riesgo para desarrollar el padecimiento.