Los antioxidantes están en una variedad de alimentos y suplementos, y se consumen con frecuencia con el objetivo de prevenir el cáncer, pero una nueva investigación sugiere que, por el contrario, podrían exacerbar la terrible
enfermedad.
Estudios clínicos previos han demostrado efectos mixtos, pero un equipo de científicos suecos encontró evidencia que muestra que los antioxidantes podrían no ser tan beneficiosos como se pensaba, al menos en ratones.
La doctora Kristell Le Gal, de la Universidad de Gothenburg, Suecia, y sus colegas estudiaron el melanoma para tratar de determinar por qué las tasas de cáncer han ido en aumento y la razón por la que la mortal enfermedad es sensible a los efectos de los radicales libres.
El equipo descubrió que algunos antioxidantes comunes aumentan la tasa de migración e invasión de células de melanoma e incrementan la metástasis en un modelo de ratón.
Aunque la investigación continúa para confirmar estos resultados, los científicos sugieren la necesidad de consumir con precaución los antioxidantes, como el suplemento betacaroteno, en especial los pacientes diagnosticados ya con cáncer.
Se supone que estas sustancias deben mantener las células saludables y por ello millones de personas en el mundo consumen suplementos como la vitamina E y el betacaroteno, pero en realidad el uso de éstos tendría un efecto perjudicial en pacientes con cáncer.
En su estudio, llevado a cabo con ratones, el grupo de especialistas encontró que los antioxidantes pueden cambiar las células a formas que alimenten la propagación de melanoma maligno, el más serio, hacia diferentes partes del cuerpo haciendo al cáncer aún más mortal.
Según la investigación, publicada en la revista Science Translational Medicine, los antioxidantes -en niveles suficientemente altos- también protegerían a las células cancerígenas de los radicales libres, igual que lo hacen con las células normales.
Los científicos alimentaron con antioxidante N-acetilcisteína (NAC) a ratones genéticamente modificados para hacerlos susceptibles al melanoma, y las dosis por peso que se les dieron fueron consistentes con lo que las personas suelen consumir en suplementos.
Los ratones tratados con NAC desarrollaron tumores de piel en proporción similar al de los roedores que no los consumieron, pero sí duplicaron células cancerígenas en sus ganglios linfáticos, una “señal distintiva de la propagación del cáncer”, llamada metástasis.
Para verificar lo que sucedía, los investigadores estudiaron células cultivadas de melanoma humano a las cuales agregaron NAC o una forma de vitamina E y confirmaron que los antioxidantes mejoran la capacidad de los melanomas para moverse e invadir una membrana cercana.
En los ratones tratados registraron mayores niveles de glutatión, un antioxidante producido por el cuerpo que se convierte después de neutralizar los radicales libres, y los expertos dedujeron que al utilizar antioxidantes adicionales, las células almacenan el excedente.
Este almacenamiento mejora la capacidad de las células para sobrevivir a daños y ello impulsa a su vez el crecimiento del cáncer.
“El consejo médico para la gente en este momento es provisional. Se necesitan más estudios por hacer para reforzar esta hipótesis y entender exactamente cómo los antioxidantes afectan a las células de cáncer en seres humanos”, concluyeron los científicos.