Las fobias no son un trastorno extraño, de hecho, son muy comunes. Los expertos calculan que las fobias en su conjunto tienen una incidencia en el 5% de la población mundial. Esto significa que una de cada veinte personas padece algún tipo de fobia. Las mujeres son más propensas a padecerlas que los varones.
Dentro de la clasificación en fobias específicas (miedo a ciertos objetos, situaciones o fenómenos) y fobias sociales (temor o ansiedad extrema frente a determinados acontecimientos sociales, como entablar contacto verbal con desconocidos o tratar con la familia política), son mucho más comunes las primeras.
- De hecho, mucha gente padece una fobia específica, pero ésta no le afecta en su vida cotidiana (como podría ser el caso de una persona que viva en una gran ciudad y que padezcaofidiofobia –miedo a las serpientes- y que, llegado el caso, evitará encontrárselas en un zoológico).
Las personas con fobias intentan evitar lo que les provoca miedo. Si eso no es posible, pueden sentir:
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Pánico y miedo
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Taquicardia, cuando el corazón late muy rápido
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Falta de aire
- Temblores
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Un fuerte deseo de huir
En general, las fobias comienzan en la niñez o en la adolescencia y continúan durante la edad adulta. Las causas de las fobias no se comprenden bien todavía pero sí se sabe que a veces pueden ser hereditarias.
El tratamiento ayuda a la mayoría de las personas con fobias. Entre las opciones se encuentran medicamentos, psicoterapia o ambas.
Si bien es difícil determinar cuáles son las diez fobias más comunes (ya que varían según el sexo y la edad), he aquí las más frecuentes:
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Aracnofobia: Se trata del miedo a las arañas. Se calcula que la mitad de las mujeres y el 10% de los hombres padecen esta fobia en algún grado. Las reacciones de estas personas resultan exageradas para los demás, e incluso para los mismos afectados.
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Sociofobia: Se trata de un persistente e intenso miedo a ser juzgado negativamente en situaciones sociales. Es una fobia de las más comunes entre adolescentes y jóvenes, se calcula que cerca de un 4% de las personas entre 18 y 55 años la padecen.
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Aerofobia: Se trata del miedo a viajar en avión (de hecho, se calcula que sólo el 5% de los pasajeros abordan el avión sin temores de ningún tipo). Sin embargo, las personas que padecen de esta fobia no experimentan sólo una ligera inquietud en el momento del aterrizaje y del despegue, sino que en ocasiones las fobias les impiden planear siquiera un viaje de este tipo, o les ocasionan trastornos de ansiedad ante la perspectiva de un futuro viaje.
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Agorafobia: Se trata del miedo a los espacios abiertos, y es un trastorno más común entre las mujeres que entre los hombres. El agorafóbico teme todo aquel lugar donde no se sienta “seguro” o no pueda “recibir ayuda”. El que presenta este tipo de trastorno suele refugiarse en su hogar y rara vez sale, ya que en esas ocasiones experimenta una gran ansiedad.
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Claustrofobia: Al contrario que la agorafobia, este trastorno implica el temor a quedar confinado a espacios cerrados. Se estima que entre un 2 y un 5% de la población padece esta fobia. Estas personas suelen evitar los ascensores, el metro, los túneles, las habitaciones pequeñas, hasta las puertas giratorias les pueden presentar dificultades, así como también el uso de equipos para técnicas de diagnóstico médico como el TAC.
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Acrofobia: Se trata del miedo a las alturas, no simple vértigo sino un temor que ocasiona ansiedad a quienes lo padecen. La fobia suele manifestarse en situaciones tales como las de asomarse a un balcón, estar en un mirador elevado o junto a un precipicio.
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Emetofobia: Se trata de la fobia al vómito o a vomitar. Hay personas que sienten más que una simple aversión hacia el acto de vomitar, y que incluso cambian sus hábitos alimenticios y sociales en consecuencia. Si bien sólo en casos extremos se considera fobia, se calcula que el 6% de la población siente temor de vomitar.
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Carcinofobia: Se trata del miedo a contraer cáncer. Es uno de los temores más comunes desde el momento en que la mayoría de los adultos siente aprensión ante la posibilidad de manifestar esta enfermedad. Sin embargo, en el caso de los fóbicos, se trata de un miedo muy antinatural, ya que demostrarán temerle a cualquier síntoma físico negativo, asociándolos todos a síntomas de la enfermedad.
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Brontofobia: Son comunes las fobias que involucran elementos climáticos o determinados fenómenos meteorológicos, y éste es el caso de la brontofobia. Consiste en el miedo extremo ante los rayos y truenos de las tormentas. Alguien con esta fobia estará alarmado tanto antes como durante las tormentas, y en casos extremos, padecerán los síntomas de la ansiedad. Incluso puede verse afectada su vida social.
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Necrofobia: El miedo a la muerte es algo natural e instintivo en el hombre, posiblemente porque la muerte es lo desconocido. Además, se asocia la muerte con los padecimientos que la preceden, dolor, sufrimiento, etc. Sin embargo, algunas personas padecen de una verdadera fobia a la muerte y a los seres muertos.