Después de una década de investigación en torno a la insulina, científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) comprobaron la existencia de polímeros de esa hormona en el plasma de personas obesas, lo que confirma que esa condición patológica y el incremento de lípidos en la sangre contribuye a la producción excesiva de especies
reactivas de oxígeno (ERO) de estrés oxidativo y radicales libres (RL), lo que en consecuencia provoca la oxidación y polimerización de la insulina.
El proyecto galardonado por el IPN con el Premio a la Investigación 2016, se realiza en la Escuela Superior de Medicina (ESM) bajo la dirección de la doctora Ivonne María Olivares Corichi, quien explicó que cuando la insulina se oxida cambia su estructura química, se transforma en polímeros y el receptor encargado de detectar la hormona no reconoce su nueva condición, por lo que ésta no puede cumplir con la función de dar la señal para que la glucosa pueda ser utilizada por las células dependientes de ella (adipocitos, hepatocitos y musculares, principalmente).
Señaló que científicos reportan la presencia de estrés oxidativo en pacientes con obesidad y diabetes, pero no se había evidenciado la participación de una insulina modificada, lo cual representa una innovación científica de alto valor.
Los resultados fueron positivos al hacer estudios in vitro para evaluar si la insulina era susceptible de oxidación. Por ello, el grupo de investigación realizó un estudio clínico con la participación de 100 personas sanas como grupo control, 60 diabéticos y 70 con obesidad, provenientes del Centro Médico Nacional “La Raza”, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” y de la Clínica de Obesidad de la ESM.
Los experimentos determinaron que la oxidación de la hormona no ocurre en personas sanas, mientras que en los diabéticos y obesos se presenta esa condición como consecuencia del estrés oxidativo.
Debido a la importante aportación que puede tener el hallazgo para revertir los índices de diabetes en México, los científicos desarrollarán un método cuantitativo para detectar insulina oxidada que permitirá vigilar estrechamente a los diabéticos, además se podrá monitorear de cerca a los pacientes obesos y aplicar estrategias preventivas para evitar resistencia a insulina y diabetes. Este método también permitirá desarrollar un estuche comercial para la detección de la hormona modificada.
Integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), nivel I, la doctora Ivonne María Olivares Corichi señaló que el descubrimiento ha permitido establecer algunas condiciones para que disminuya el estrés oxidativo de los pacientes, las cuales están basadas principalmente en cambios de estilo de vida implementando dietas y ejercicios específicos para cada paciente. También trabajan in vitro con dos potentes antioxidantes naturales, que de acuerdo con experimentos previos, son promisorios para los pacientes que no pueden hacer ejercicio por tiempos prolongados, como obesos mórbidos y personas de la tercera edad.
Además indicó que esto permitiría la evolución de los tratamientos para diabéticos. Los médicos podrían prescribir los fármacos convencionales en combinación con los antioxidantes para tratar de que la insulina que producen los pacientes no se oxide, y así tener más herramientas y mejores resultados en el tratamiento.
En ese sentido, mencionó que algunos medicamentos que se usan para tratar la diabetes provocan que las células secreten insulina. “Lo que queremos lograr es que la insulina que se secrete sea funcional, que no salga oxidada; ello implicaría la disminución de dosis de medicamentos, reducción de costos para el sector salud y mejor calidad de vida para los pacientes”, precisó.