A través del médico Areteo de Capadocia en el siglo II antes de nuestra era, se hizo la primera descripción de enfermedad celiaca como “el que padece del intestino” y
no fue sino hasta el año 1888 cuando el patólogo inglés Samuel Gee describió la enfermedad en niños.
Posteriormente se establecieron las relaciones causa-efecto existentes en la ingesta de cereales y el gluten, así como la aparición de los síntomas de la enfermedad celiaca como se conocen a la fecha.
Propiamente dicho, la enfermedad celiaca es una afección crónica autoinmune que afecta el intestino delgado de las personas genéticamente predispuestas y que es provocada por la ingestión de alimentos que contienen gluten.
En ocasiones puede confundirse con el síndrome de intestino irritable, ya que el paciente presenta en la mayoría de los casos diarrea, distensión y dolor abdominal, aunque debe aclararse que este cuadro se manifiesta inmediatamente tras la ingestión de gluten.
De acuerdo con la doctora María del Pilar Milke García, investigadora de la Dirección de Nutrición del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), el gluten es la principal proteína en el trigo, cebada y centeno que en pacientes con enfermedad celiaca (EC) desencadena una serie de reacciones inmunológicas en el intestino que culminan en el aplanamiento de sus vellosidades, y así impiden la absorción de nutrimentos y aumentan su permeabilidad.
Explicó que es menos frecuente que se presente estreñimiento, vómito, incluso como ocurre en el caso de los niños. Esta enfermedad también puede asociarse a algunas manifestaciones y enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y una elevación ligera de aminotransferasas, que se traducen en inflamación leve del hígado.
Asimismo, los pacientes con EC pueden llegar a desarrollar dermatitis herpetiforme y la prevalencia de esta enfermedad en nuestro país se estima en 1.5 y hasta tres por ciento.
“Cuando el paciente ingiere gluten, la superficie de absorción disminuye sustancialmente porque afecta en forma aguda la mucosa intestinal, es muy frecuente que esté desnutrido”, explicó.
Además, es frecuente que manifiesten distintos tipos de anemias y osteoporosis, alteraciones que no responden a tratamiento con hierro, vitamina B12, ácido fólico (en anemias) o calcio (osteoporosis), mientras la EC no haya sido diagnosticada.
¿Intolerancia, alergia, enfermedad celiaca?
De acuerdo con la doctora Milke García, el término “intolerancia al gluten” ya no debe emplearse, pues existen consensos que hablan de tres términos relacionados con malestares y alteraciones provocados por el trigo y otros componentes y no precisamente por el gluten.
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Doctora María del Pilar Milke.
El primer término es la alergia al gluten, es decir, a la proteína del trigo, la cual es una reacción inmunológica adversa mediada por la inmunoglobulina E (IgE).
La enfermedad celiaca es el segundo término, el mayormente conocido; y el tercer término es la sensibilidad al gluten no celiaca, la que se considera cuando aparecen reacciones tras el consumo de gluten pero que no cumple con los criterios para diagnosticar enfermedad celiaca, pero si se consume gluten, la persona siente malestar.
Efectos del gluten en personas sanas, ¿realmente es malo consumirlo?
De acuerdo con la investigadora, el gluten no es dañino y actualmente existe una moda mal entendida sobre las consecuencias por consumir esta proteína, pero si no hay una indicación específica, no hay razón para dejar de consumir alimentos que lo contienen.
“No es que les haga daño el gluten pero también hay otros componentes del trigo que tienen algún efecto en personas muy sensibles, pero no hay que confundirlo con EC. No es recomendable que el gluten se retire mas que en casos muy específicos”.
Los signos y síntomas para descubrir si se tiene EC son comunes a otras afecciones intestinales, por lo que solo un médico experimentado puede diagnosticarla con base en hallazgos clínicos (el paciente refiere síntomas al consumir gluten y no presentarlos al eliminarlo de la dieta).
Además existen métodos bioquímicos (panel celiaco) y el estudio histológico (biopsia intestinal), en conjunto con el análisis de antígenos leucocitarios (HLA, por sus siglas en inglés). Por esta razón se considera importante acudir con un especialista, ya que la enfermedad no tiene cura (solo se controla), para lo que hay que consumir una dieta libre de gluten.
Celiacos con mejores opciones de alimentación
“Una dieta libre de gluten no es fácil de implementar, por lo que se requiere la asesoría de un nutriólogo que tenga experiencia confiable en el área”.
Alrededor de 70 por ciento de los individuos con enfermedad celiaca informa mejoría de los síntomas dentro de las primeras dos semanas de iniciar una dieta sin gluten; sin embargo, la respuesta puede variar.
Los alimentos que sí pueden formar parte de la alimentación de un celiaco son el arroz y el maíz, pues el único tratamiento para esta enfermedad es llevar una dieta estricta libre de gluten de por vida.
En aras de mejorar los síntomas de las personas que han sido diagnosticadas con enfermedad celiaca y dadas las dificultades que enfrentan para adaptar un nuevo estilo de alimentación, existen instituciones de salud que se especializan cada vez más en pacientes con dicho padecimiento.
“La orientación no es solamente personalizada, sino que el tipo de adaptación a una vida lejos del gluten también involucra a la familia y sociedad circundante, se trata de un nuevo estilo de alimentación que mejore su calidad de vida” .