El concepto sobre el suicidio es relativo en cada persona, y en el caso de los niños de infancia media, estos pueden desconocer la realidad en torno a esta situación,
por lo que los riesgos de que cometa suicidio sin dimensionar las consecuencias podría ser un factor que debe estar en constante observación.
La doctora María Guadalupe Covarrubias de la Torre, investigadora del Departamento de Psicología del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), analizó el discurso de niños de edad media en torno a este tema y la concepción que tenían de este; la finalidad era observar cuáles eran las razones que los orillaban a pensar en el suicidio como otra opción de muerte.
“Se hicieron entrevistas a 152 niños de escuelas primarias de la Zona Metropolitana de Guadalajara para indagar qué concepción tenían del suicidio, la muerte y la vida”, detalla la también coordinadora del Programa de Atención Psicológica para Niños y Adolescentes del CUCS de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
La investigadora señala que los niños de edad media consultados, de entre cinco y 11 años, determinaron el suicidio como otra posibilidad de muerte y no como una excepción; también se descubrió que están expuestos a noticias que abordan estos temas y no hay filtros familiares que expliquen la situación, por lo que pueden interpretar esta conducta como algo normal.
Con base en las entrevistas a estudiantes de primaria, la investigadora observó que la concepción de esta idea evoluciona desde el inicio de la infancia media, cuando aún no se dimensionan las consecuencias, pasando por una etapa intermedia que relaciona esta idea con problemas de adulto, hasta los niños que ya están familiarizados con el concepto de muerte y que pueden llegar a estar conscientes sobre ese tipo de decisiones.
Un concepto distinto en cada etapa
Covarrubias de la Torre explica que en los adultos el suicidio es el resultado de una toma de decisiones que pueden ocurrir durante un periodo largo de reflexión en el cual se planea la ruta a seguir; sin embargo, en el caso de los niños de infancia media, estos no conocen los alcances de esa problemática y la decisión puede ser tomada con base en frustraciones.
“El suicidio no es algo sencillo, implica un periodo largo y complejo para su posible planeación, pero con los niños no es así, ellos pueden no planearlo y en un momento de impulsividad tomar esa decisión, porque no tienen esa estructura de ideación y planeación y puede surgir a partir de una frustración o una circunstancia que los limita”.
En su investigación doctoral, Covarrubias de la Torre trabajó con niños con conductas de riesgo suicida. En esta etapa de su labor, la investigadora detectó factores de riesgo que los orillan a tomar esa decisión, como estar expuestos a muertes cercanas en sus familias, lo que hace que conozcan la realidad sobre esta problemática.
Por otra parte, la doctora también observó factores de protección en los niños que pueden alejarlos de estas conductas, por ejemplo, el miedo a la muerte es uno de los indicadores que hacen reflexionar cuando mencionan tener deseos de morir.
Durante esta etapa de la investigación, se trabajó con seis niños que habían manifestado deseos suicidas; en este grupo se detectó que dos de ellos tenían factores de riesgo muy alto, mientras que el resto presentaba factores de protección ante esta idea. Para evitar resultados fatales, se asesoró a los pequeños por más de un año.
“Es importante considerar detectar a tiempo circunstancias de riesgo y facilitarles asistencia psicológica, trabajar con ellos todo lo que se pueda y convertir los factores de riesgo en factores protectores”.
Un reflejo de los adultos
El doctor Rubén Soltero Avelar, coordinador del área de posgrados del Departamento de Psicología Aplicada del CUCS, considera que este tipo de investigaciones puede ser una base para que los padres entiendan los posibles riesgos del suicidio infantil y, de esta manera, estén conscientes de que esa circunstancia puede presentarse en sus hijos.
Por otra parte, también señala que otro sector que podría beneficiarse de estudios como este es el cuerpo de profesores de las escuelas, o profesionales de la salud mental para que prevengan escenarios fatales entre los niños.
Para la investigadora, el riesgo radica en que los niños de edad media están expuestos a violencia en sus entornos familiares y tienen al alcance herramientas que pueden emplear para el suicidio, por lo que menciona que desde sus núcleos más cercanos, entre ellos el familiar, se debe prestar atención a estas acciones.
“Es importante que no minimicen las acciones de los pequeños, porque caemos en ese estimado de ‘está jugando, se le va a pasar’, debemos centrarnos en evaluar los factores de riesgo y protectores y eso debe hacerlo un profesionista, para que considere la posibilidad y urgencia de atención para prevenir”, agrega la doctora.
Además, el coordinador menciona que el periodo de la infancia media es un lapso que ha sido poco abordado desde la investigación, por lo que es necesario que se implementen nuevos estudios para abordar temas que puedan ser analizados desde lo particular, pero que aporten conocimiento que sea de utilidad a nivel general.
Un campo de oportunidad es utilizar este tratamiento para frenar el suicidio entre adolescentes, recalca Covarrubias de la Torre, pues considera que intervenir y dar atención durante la infancia media es una manera de prevenir esta problemática cuando crezcan.