Según un estudio publicado por la revista Journal of Epidemiology and Community Health, es sano que los niños tengan un horario para acostarse, ya que ayuda a las funciones cerebrales que en su mayoría están relacionadas con el aprendizaje.
Para la especialista, “dormir es el precio que pagamos para que nuestro cerebro tenga plasticidad y podamos adquirir nuevo conocimiento cada día. El desarrollo de cada niño tiene profundas repercusiones en su salud y bienestar a lo largo de su vida. La falta de sueño en etapas clave del desarrollo tendrá importantes impactos a largo plazo”, por lo que recomendó crear hábitos de descanso, “establecer una buena rutina para dormir en los primeros años es lo mejor, pero nunca es tarde".