La obesidad facilita el desarrollo de cardiopatía isquémica o enfermedades obstructivas del corazón, que a nivel mundial es un problema grave de salud, informó el cardiocirujano del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Tomás Fernández.
El médico adscrito al Hospital de Especialidades del IMSS en el estado dijo que, además de la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo son factores que facilitan que los vasos sanguíneos que irrigan al corazón se obstruyan y como consecuencia ocurra, un infarto agudo al miocardio.
De hecho mencionó que la obesidad trae consigo el llamado síndrome metabólico, que se traduce en un inadecuado metabolismo de grasas y azúcares, entre otros elementos, coadyuvando así al desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, las cuales a su vez aumentan la probabilidad a infartos ya sea cardiacos o cerebrales.
Destacó que México tiene un severo problema en materia de sobrepeso y obesidad que lo ubican en un primer lugar mundial, con prevalencia incluso desde la infancia, de ahí el riesgo a presentar daño cardiaco desde edades tempranas.
Señaló que un parámetro para determinar la presencia de sobrepeso u obesidad es la medición de la circunferencia de la cintura (que no debe exceder los 80 centímetros en mujeres y los 90 en varones).
El experto indicó que lo lamentable es que las enfermedades cardiovasculares derivadas de las citadas condiciones, son causa importante de muerte prematura.
Subrayó que el índice de mortalidad a causa de una enfermedad del corazón es muy elevado y aquellas personas que sobreviven a ello pueden quedar con secuelas incapacitantes que redundan en una calidad de vida muy pobre llena de cuidados.
Reiteró que la obesidad es precursora de dichas afecciones puede prevenirse y con ello reducir el riesgo a presentar infartos que si bien antes ocurrían a partir de los 60 o 70 años, ahora se están viendo desde la cuarta década de la vida o antes.