La enfermedad fibroquística de mama tiene una incidencia del 60 por ciento en las mujeres de entre 30 y 50 años, estimó la investigadora del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Ruth De Celis Carrillo.
Explicó que se trata de una afección que si bien tiene un componente heredo-familiar muy importante, en su desarrollo mucho influyen factores como la dieta, concretamente el consumo de alimentos ricos en grasa, así como la cafeína.
La experta, adscrita al Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del IMSS Jalisco, comentó que aunque se trata de un trastorno benigno del tejido mamario, puede, en un momento dado, dificultar la interpretación de un estudio mamográfico.
“De ahí que en este tipo de pacientes, además de una exploración periódica de las glándulas, se aconseje también la realización de estudios ecosonográficos para captar cualquier proceso maligno que pudiera ocultarse tras la densidad de la fibrosis mamaria”, apuntó.
Es importante, dijo, que la mujer procure cambios en su estilo de vida, sobre todo en la alimentación, con bajo consumo de grasas y en contraparte, más ingesta de frutas y verduras.
Asimismo, no fumar y limitar el consumo de bebidas que contengan cafeína -café y tés-, disminuyen los riesgos de desarrollar enfermedad fibroquística mamaria, así como el consumo de antioxidantes, entre ellos la vitamina E.
Añadió que aunque por lo general a simple vista para la mujer pasa desapercibida, la enfermedad fibroquística de mamas puede dar síntomas como incomodidad persistente o intermitente en las mamas así como sensación de congestión en éstas, sobre todo después del periodo menstrual.
La enfermedad fibroquística de mama se caracteriza por la formación excesiva de tejido conectivo que se palpa como una región endurecida similar a una cicatriz.
Además, puede producir dolor y comezón, de ahí la importancia no sólo de una autoexploración periódica, sino de análisis médicos que incluyan examen físico y, según la edad, una mastografía, una ecosonografía, o ambas, para tener una mayor certeza diagnóstica.
En el IMSS, tanto en sus unidades de medicina familiar como en sus hospitales, existen mastógrafos y personal capacitado para este tipo de estudios, lo importante, dijo, es que la mujer acuda y no pierda la posibilidad de encontrar a tiempo lesiones que, de avanzar, pueden tornarse cancerígenas, con todas sus implicaciones, agregó.