Si pensabas que el yoghurt sólo era parte del desayuno, estás muy equivocado, este lácteo es una gran fuente de nutrientes básicos para nuestro cuerpo y una excelente opción para contribuir a una alimentación sana y balanceada para toda la familia.
Desde sus orígenes, el yoghurt, es considerado por el humano el primer alimento funcional, ya que gracias a la fermentación producida por bacterias lácticas se ha comprobado una manera efectiva de mantener los nutrientes de la leche y ayudar a la digestión de quien lo ingiere, además, este tiene una serie de beneficios, además de tener un agradable sabor, te hará sentir satisfecho por más tiempo, te proporcionarte un gran contenido de probióticos (cultivos activos saludables que ayudan la digestión), así como, otros nutrientes como el Calcio y el Fósforo.
Se ha demostrado que las personas que integran a su alimentación diaria el yoghurt son proclives a tener un estilo de vida más saludable, pero si estás aburrido del sabor del yoghurt regular o light, deberías probar el de estilo griego OIKOS®, que tiene una textura más suave y cremosa.
El yoghurt griego puede llegar a tener el doble de aporte de proteínas que uno regular. Esto ayuda a tener una sensación de saciedad lo que hará que si estás en un régimen alimenticio comas menos, ya que por ejemplo, una taza de yoghurt convencional bajo en grasas, por lo general contienen 5 a 10 gramos de proteínas, mientras que el de tipo griego aporta 13 a 20 gramos. Otro de los beneficios de consumirlo, es que es una gran opción para quienes están en una dieta energética, ya que puede ser sustituto como una colación y evitar alimentos que tienen alta densidad energética.
Al tener una menor cantidad de hidratos de carbono que uno convencional, el yoghurt estilo griego también contiene menos lactosa, que es un azúcar propia de la leche que genera intolerancia en ciertas personas manifestándose con malestar estomacal.
Al proceso especial del filtrado, le debemos esta consistencia más suave y espesa que caracteriza a un OIKOS®, gracias a la eliminación del suero de la leche, teniendo un nivel bajo de agua, dando como resultado una textura más agradable.
En México no se tiene la costumbre de consumir el yoghurt, y debería ser un hábito en lo adultos mayores, ya que según la ENSANUT 2006, el 21% de las personas de la tercera edad no consumen calcio, y el yoghurt podría ser una gran opción para ingerirlo.
Por ser un alimento de origen animal, el yoghurt, aporta proteínas, carbohidratos, grasas, calcio y vitaminas, lo que lo hace una gran opción para favorecer una alimentación correcta.