Asistir al nutriólogo fue una necesidad para Roberto, después de tener 14 kilos por encima de su peso ideal, aunque lo difícil fue encontrar la opción correcta en un mercado que crece debido al aumento de personas con sobrepeso.
Desde recomendaciones boca a boca, anuncios en el periódico, en la sección amarilla y con mantas afuera de los consultorios en calles de cualquier colonia, la oferta de especialistas en nutrición es variada, al igual que los precios, que van desde 200 hasta dos mil pesos por consulta.
María de los Ángeles, ama de casa, tiene 45 años y ha visitado al nutriólogo varias veces porque quiere mantener una figura ideal. “Una nutrióloga en Puebla me aplicaba acupuntura, otro me recetaba medicamentos para reducción del hambre, pero con el último sólo llevo dieta”.
Eduardo Morales, estudiante de arquitectura de 24 años, cree que “el nutriólogo se ha convertido en un estilo novedoso en los últimos años; mi hermana comenzó a ir al nutriólogo porque todas sus amigas lo hacían”.
La presidenta del Colegio Mexicano de Nutriólogos (CMN), María Eugenia Chapa Azuela, destaca que una de las metas para este año es la construcción de instrumentos de evaluación de profesionistas, participación en decisiones de política pública y la creación de grupos de trabajo orientados a investigación.
Resalta en entrevista que el CMN, fundada en 1995, es la institución que regula y certifica a los nutriólogos en el país.
Roberto, un joven profesionista recuerda que en su primera consulta lo mandaron a hacer estudios clínicos, “y lo que me espantó fue que tenía alto el colesterol y apenas tengo 26 años y dije no, estoy muy joven para tener un infarto, y seguí mi dieta al pie de la letra”.
Para Ana Bertha Pérez Lizaur, nutrióloga y directora del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana, las cadenas de comida rápida, refrescos endulzados con jarabe de maíz, sedentarismo, falta de tiempo para hacer ejercicio y las nuevas actividades para emplear el tiempo libre, son las causas del aumento de la obesidad en México.
Al respecto, Chapa Azuela, afirma que los licenciados en Medicina encargados del sector en obesidad no han podido llegar a trabajar en conjunto para extirpar este problema.
“Se debe entender que los médicos no abarcan todo. Las plazas en nutrición en instituciones deben estar ocupadas por nutriólogos, y entonces si trabajar en conjunto”.
La primera Licenciatura en Nutrición se creó en 1972 en la Universidad Iberoamericana, desde ese momento sus egresados han recorrido un largo camino con la intención de apoyar a la sociedad en la educación de la buena alimentación, la prevención y el tratamiento de obesidad.
Así, los especialistas en el tema consideran que no importan las razones por las que se acuda al nutriólogo, lo importante es hacer conciencia y emprender acciones para llevar una vida saludable.