Debilidad muscular precedida por cuadros infecciones puede sugerir Síndrome de Guillain Barré, indicó Manuel Gallegos González, especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.
Detalló que la afectación que origina este conjunto de síntomas y signos se produce en el sistema nervioso periférico, es decir, en las raíces de las ramificaciones nerviosas que permiten el movimiento, de tal manera que el mayor riesgo
es para el sistema motriz aunque otras funciones pueden verse comprometidas, detalló el titular de la Clínica de Enfermedades Neuromusculares del Hospital de Especialidades del IMSS en Jalisco.
“La principal manifestación es la debilidad que puede ser ascendente, empezando de los pies hacia arriba, pero no quiere decir que no pueda iniciar a la inversa; aparte de afectar extremidades también puede dañar músculos de la cara, o la garganta o bien de los que intervienen en la función respiratoria”, indicó el experto.
No obstante dicho síndrome, también denominado poliradiculoneuropaytía desmielinizante aguda, afecta, además, el sistema nervioso autónomo en donde se regula la presión arterial y el ritmo cardiaco, cuyo compromiso empeora el pronóstico, expresó el médico del IMSS Jalisco.
Apuntó que el Guillain Barré es potencialmente mortal derivado de que los pacientes pueden complicarse por alteraciones asociadas a la falta de movimiento, necesidad de colocar tubos orotraqueales para asistencia ventilatoria, y por presentar tromboembolismo, insuficiencia respiratoria, crisis hipertensivas o arritmias cardiacas.
De acuerdo con la experiencia del servicio de Neurología del Hospital de Especialidades, por lo menos un 75 por ciento de los casos el origen del Síndrome Guillain Barré está asociado a antecedentes de infecciones respiratorias por virus, o de tipo gastrointestinal desencadenada por bacterias, pero se desconoce la causa exacta.
Señaló que en la Clínica de Enfermedades Neuromusculares de dicho nosocomio se diagnostican entre cuatro y 10 casos por semana de Guillain Barré, con mayor prevalencia en hombres con proporción de 1.7 varones por cada mujer, y el mayor grupo de pacientes se encuentra en edad productiva, entre los 30 y los 50 años de edad.
De acuerdo con el especialista, el diagnóstico debe ser realizado por un neurólogo y básicamente es clínico es decir, basado en la sintamatología, recomendándose su captación en los primeros días en que ésta aflore.
En base a una escala de medición estándar existen seis etapas diferentes en la evolución del padecimiento, a partir de la cuarta el paciente ya se encuentra postrado en cama, sin posibilidades de caminar o ser funcional físicamente, mientras que en la quinta necesita ser intubado, y en la sexta puede haber un desenlace fatal.
Mencionó que el progreso del Síndrome suele ser de alrededor de 28 días, siendo los más críticos los primeros 14, sin embargo algunos pacientes acuden al Hospital de Especialidades en estados avanzados en muchos de los casos.
Sobre el tratamiento, explicó que se basa principalmente en el suministro de inmunoglubina para neutralizar los autoanticuerpos patógenos que actúan contra los nervios periféricos, o bien a través del pocedimiento de plasmaféresis, mediante el cual se sustituye el plasma del paciente por otro obtenido de donadores de sangre sanos.
Añadió que el tratamiento tiene una duración de cinco días, posterior a esto los pacientes son derivados al Servicio de Medicina Física y Rehabilitación para recuperar la movilidad y funcionalidad, en dicha terapia acuden como mínimo durante tres meses según sea la lesión o secuela que el Síndrome haya dejado a su paso.