¿Cómo elegir la escuela de los hijos?

SCHHOL

La elección de la institución educativa es una decisión sumamente compleja que se presenta hoy en día para los padres de familia. Para poder definir cuál es el modelo educativo que mejor se ajusta a las expectativas y necesidades del niño y sus padres, será necesario, en primer lugar, comprender la diferencia entre educación e instrucción, para que, con base en ello, tengamos claro qué es lo que la escuela puede y debe proporcionarnos, indicó, la psicoanalista y psicoterapeuta Lourdes Sanz Moguel.

En entrevista con “El Punto Crítico”, Sanz Moguel destacó que es importante también tener clara cuál es la responsabilidad que asume cada uno de los involucrados: el niño, los padres, los profesores y la escuela.

La también catedrática de la Universidad Iberoamericana explicó que educar es “sacar a la persona de sí misma”, es decir, liberarse de sus propios encierros, prejuicios y limitaciones para ser todo aquello que se puede llegar a ser.

Si educar es promover que cada persona realice sus potencialidades, el primer paso es que éstas puedan ser descubiertas. La responsabilidad de ayudar al chico a conocerse y descubrirse recae mayoritariamente en los padres porque ellos acompañan al bebé desde su nacimiento, le enseñan a conocerse a sí mismo, a hablar, etc., además de poner en el chico sus expectativas y deseos que el niño va haciendo propias.

Conforme el pequeño va creciendo, los padres promueven que cada uno de los miembros de la familia, incluyendo los más pequeños, asuman la responsabilidad de sus acciones y también puedan disfrutar o padecer de las consecuencias de las mismas. Los padres deben establecer reglas claras y marcar los límites, como parte fundamental del proceso educativo, indicó.

Asimismo, la doctora, que prestó sus servicios en el Hospital Psiquiátrico San Fernando, indicó que instruir es transmitir los conocimientos, facilitando el acceso a los beneficios del progreso, y es el punto de partida para que la persona pueda a su vez integrarse al grupo social y contribuir al mismo.

La instrucción es una tarea social cuya responsabilidad es primordialmente asumida por las instituciones educativas. El rol de experto en las diversas áreas del conocimiento lo juega el profesor. En el nivel inicial, en todas las materias: matemáticas, historia, lecto-escritura, etc.; y más adelante a través de especializaciones más concretas: biología, física, etc.

Para que la transmisión del conocimiento pueda llevarse a cabo, se requiere que el pupilo tenga una actitud de interés, aprecio, apertura y respeto, tanto hacia el profesor como hacia el conocimiento mismo, por ello es necesario que lo que es relevante y se valora en la familia sea congruente con lo que la escuela postula.

Algunos padres suelen elegir la escuela de los hijos con base en la fama o el prestigio de la misma, a pesar de que algunas de las prácticas del colegio no les resulten importantes. El problema en ello es que, al paso del tiempo, el niño va a dar más importancia a las creencias familiares y terminará por descalificar a la escuela o a los profesores.

La doctora explicó que esta situación coloca a los hijos en una disyuntiva, por pequeña que sea, entre aceptar la palabra del profesor o no, lo cual entorpece o hasta impide que se lleve a cabo el proceso de aprendizaje. Más aún, dificultará el que sus hijos puedan integrarse a la comunidad escolar.

CONCLUSIÓN

Corresponde a los padres asumir la educación de sus hijos, ayudándolos a descubrirse a sí mismos, enseñándoles a convivir con las demás personas con respeto y armonía, con base en normas de convivencia social.

Igualmente, los padres deben sembrar en sus hijos el interés en el conocimiento, y el acatamiento de las normas del colegio y las instrucciones de los profesores y las instituciones escolares.

La tarea de la escuela y los profesores es la transmisión de los conocimientos, para lo cual, el profesor ha de asumir un rol experto y la escuela ha de facilitar el ambiente de armonía, orden y respeto necesario para que el aprendizaje pueda darse.

Los padres han de asegurarse de que existe congruencia entre familia, escuela y profesores, para ofrecer al chico una buena posibilidad de desarrollo, concluyó Sanz Moguel.

 

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