En México, se estima que existen alrededor de siete mil personas con hipertensión arterial pulmonar, de las cuales la gran mayoría desconoce que tiene esta enfermedad crónica degenerativa y, por tanto, no recibe un tratamiento oportuno, sostuvo la neumóloga Guadalupe Espitia Hernández.
En el marco del Sexto Simposio Latinoamericano de la enfermedad, que se realizó en Cancún, la especialista del Hospital 1 de Octubre del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), dijo que una de las razones por las que mucha gente desconoce el padecimiento es porque presenta manifestaciones aisladas en etapas iniciales.
Los pacientes suelen subestimar la falta de aire o cansancio y piensan que estos síntomas obedecen a una alimentación y descanso inadecuados, comentó en conferencia de prensa.
Además, continuó, en un principio los síntomas son poco perceptibles, lo que dificulta el diagnóstico, pero es importante subrayar que está considerada como una enfermedad catastrófica por el Consejo de Salubridad General en México.
Refirió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como una enfermedad catastrófica a aquella que consume más de 40 por ciento de los ingresos que se perciben por día, así como por los estragos en el paciente y la afectación de la dinámica familiar.
“Esta enfermedad es discapacitante; los pacientes necesitan cuidados especiales y a lo largo del tiempo los familiares pueden presentar la llamada fatiga del cuidador”, añadió.
En su oportunidad, el jefe de Cardioneumología del Instituto Nacional de Cardiología, Tomás Pulido, expuso que el tiempo que le lleva a un paciente recibir un diagnóstico de hipertensión arterial pulmonar es hasta de 2.5 años y en promedio consulta a tres médicos desde los primeros síntomas.
Por lo anterior, expuso, se requiere más difusión, educar a médicos de primer contacto e involucrar a las autoridades y empresas farmacéuticas para hacer más protocolos de investigación e incrementar los centros de diagnóstico y atención.
Dijo que el país cuenta con cuatro centros especializados con la infraestructura necesaria para el diagnóstico y tratamiento del padecimiento, tres en el Distrito Federal y uno en Monterrey, por lo que se requiere crear más lugares de este tipo, así como mejorar en materia de acceso a los medicament