Ante el número de marchas que se registran diario en la Ciudad de México, el presidente del PAN local, Mauricio Tabe Echartea, consideró que uno de los temas en los que deberá centrarse el Constituyente es la reglamentación de las marchas.
El también candidato a la Asamblea Constituyente señaló que el Partido Acción Nacional (PAN) buscará una regulación que tome en cuenta la convivencia de libertades, tanto el derecho al libre tránsito como el de manifestación, sin afectar a terceros.
“Para que se respete la libertad de manifestación, pero que se respeten los derechos de todos. El derecho de manifestación se debe garantizar, pero que esto no se confunda y se utilice como un derecho para bloquear y colapsar la ciudad. Regular marchas no implica prohibirlas, ni reprimirlas”, subrayó.
Destacó que en la redacción de la Constitución deberá garantizarse que el derecho de manifestación no implique bloqueos totales en vías primarias que colapsen la ciudad.
Esto debido a que la Ciudad de México es sede de constantes manifestaciones, marchas y plantones que derivan en la colisión de derechos, como el del libre tránsito, la libertad de reunión y la asociación pacífica.
En algunas capitales de Europa, como Berlín, París, Madrid y Londres, están reguladas las marchas y el derecho de manifestación está garantizado.
La Constitución de la Ciudad de México, aseguró Tabe Echartea, debe iniciar con el reconocimiento de los derechos de sus habitantes, como los que están plasmados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y los que surgen al vivir en la capital.
Recordó que según datos de la Secretaría de Gobierno capitalina, al día se registran entre ocho y nueve marchas en promedio, provocando caos vial, derivado de los cortes a la circulación, así como millonarias pérdidas económicas y horas-hombre, donde además la Secretaría de Seguridad Pública local ha tenido que asignar hasta dos mil 500 policías a un acto de protesta.
Tabe Echartea aseguró que “con esta nueva Constitución tenemos la oportunidad de consolidar una ciudad con derechos reales y no de papel, con derechos exigibles y obligaciones reales, que motiven la participación y el involucramiento de los ciudadanos”.