Tras la muerte de Bantú, un gorila de tierras bajas occidentales que habitaba en el Zoológico de Chapultepec, ocurrida la noche del 6 de julio, muchas interrogantes han salido a la luz pública. ¿Se actuó correctamente al prepararlo para su traslado a Guadalajara, donde se esperaba se pudiera reproducir con dos hembras de ese
lugar?, ¿El personal encargado estaba bien capacitado para ejecutar tal acción?, ¿Contaban con la tecnología adecuada?, ¿Cumplieron con los protocolos internacionales?
Recientemente se determinó que la necropsia no sólo era indispensable, sino obligada, sobre todo cuando se desconoce lo que le ocasionó el paro cardiorespiratoio a Bantú, el problema fue la forma en que se práctico, desmembrando al primate y sin la presencia de otros expertos. ¿Era necesaria tanta carnicería?
Al respecto, la ex directora del Zoológico de Chapultepec, María Elena Hoyo, explicó: “Esta bien que se haya tenido que abrir para tomar muestras de tejido, pero no entiendo por qué fue necesario desmembrarlo y destazarlo de esa manera. Si tenías que diseccionar a la mitad y tenías que desmembrarlo, tenías que quitarle la cabeza y todo, pues podías haberlo hecho con formas, incluso por la conservación del animal”.
Y es que la la conservación del animal era necesaria, por historia, por especie, por linaje. “De haber cuidado la necropsia, se pudo haber mandado su cuerpo al museo de Historia Natural. Bantú era el único gorila con linaje e historia que tenía el país, porque era un simio genéticamente puro, pues su padre fue capturado en África.Su antecedente de estirpe lo hace único, porque fue el único bebé que nació de un padre todavía capturado en África, genéticamente puro, igual que él, yo creo que tenía una valía, no solamente como especie, sino como individuo, muy importante genéticamente”, enfatizó Hoyo.
Por su parte, la secretaria de Medio Ambiente local, Tanya Müller García, asegura que la necropsia se realizó de forma adecuada. "Es la única manera de obtener información, todo el procedimiento que se expone es para las muestras que se tienen que tomar".
Hasta ahora, el destino de Bantú es incierto, pues inicialmente sería incinerado, pero recientemente la Sedema (Secretaría del Medio Ambiente), anunció que reconstruirá el cuerpo para exhibirlo en el zoológico donde nació.
La investigación continúa. La información se sigue recabando y analizando en su conjunto, para determinar si la muerte fue causada por una negligencia médica o fue un lamentable capricho de la naturaleza.