El 28 de octubre es la celebración mayor a San Judas Tadeo, por lo que miles de feligreses comenzarán a arribar desde la madrugada del jueves al templo de San Hipólito, ubicado en Avenida Hidalgo y Paseo de la Reforma.
Aunque es recordado el vigésimo octavo día de cada mes, en la liturgia católica se recuerda al llamado “santo de las causas difíciles y desesperadas” el 28 de octubre.
Es por ello que, como cada año, los feligreses acuden al templo de San Hipólito para mostrar su devoción en una celebración considerada “mayor”.
Desde un día antes comienzan los preparativos para el festejo y miles de personas arriban desde la noche anterior al templo con el deseo de escuchar, a las 06:00 horas, la primera de varias misas que se ofician ese día como parte de la fiesta patronal.
Debido a la cantidad de fieles, desde la noche del 27 de octubre personal de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina cierra vialidades como Avenida Hidalgo y Paseo de la Reforma, así como calles aledañas al recinto católico.
Esa acción permite tanto la llegada de las romerías, como la instalación de puestos de comida y la venta de objetos alusivos a San Judas, como escapulario o imágenes.
La verbena es tan grande que genera una fuerte congestionamiento vial, por lo cual se recomienda a los conductores circular por las avenidas de los Insurgentes y Chapultepec, además del Eje Central Lázaro Cárdenas y el Eje 1 Norte Mosqueta.
Para esta ocasión también las librerías, tiendas, cafeterías y restaurantes ubicados en la zona se preparan con el fin de aprovechar la multitudinaria visita a la parroquia.
La devoción a San Judas Tadeo comenzó en el siglo XIX en Italia y España, luego se extendió por América Latina y en México principalmente se le venera en la capital del país, sobre todo por los jóvenes y personas de escasos recursos económicos.
Muchos de quienes asisten a estas festividades suelen cargar por las calles una imagen en bulto del santo, así como obsequiar ofrendas a los asistentes al templo.
Constituido como uno de los centros de peregrinaje más importante de la Ciudad de México, el templo de San Hipólito y Casiano comenzó a edificarse en 1599 y se terminó en 1740.
Originalmente existía detrás una capilla dedicada a San Judas Tadeo, pero el incremento en la cantidad de devotos de ese santo obligó a trasladar su imagen al altar mayor de esa iglesia, en 1982, y de esa forma se convirtió en el principal sitio de culto de ese apóstol.