Con los cada vez más frecuentes ajustes de cuentas, entre bandas de delincuentes, el problema del narcotráfico y delincuencia organizada en la CDMX
se vuelve más evidente, alcanzando niveles alarmantes, dijo el Diputado Armando López Campa, Coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano.
La aparición de norcomantas en las Delegaciones Miguel Hidalgo, Tláhuac, Coyoacán e Iztapalapa que hacen alusión a “enfrentamientos” entre grupos delictivos como la “Unión”, “Los Rodolfos”, “CJNG” o “Cártel de Tláhuac”, que buscan controlar la venta y distribución de drogas en diferentes zonas de la ciudad son signos inequívocos de la descomposición social de nuestra ciudad.
Aseveró que la estrategia que se aplica para detener a estos grupos no ha sido la más eficaz, los enfrentamientos en calles son inocultables. La propagación de drogas ha ido en aumento y los delincuentes hacen lo que quieren, dañando aún más el tejido social, lo que afecta principalmente a niños, adolescentes y jóvenes.
Si bien es cierto que los asesinatos se han enfocado principalmente a miembros de grupos criminales, no han escapado víctimas inocentes, ajenas a los enfrentamientos.
Enfatizó que recomendará a las autoridades de procuración de justicia, que se dé una atención y enfoque diferentes a este problema. Dijo que se debe utilizar la inteligencia policial como forma de investigación para atacar a estos grupos, donde más les duela, para vulnerar su sistema de operación, principalmente el económico que es el que los hace crecer y mover por toda la ciudad.
Finalmente, agregó que ya es irrelevante reconocer si en la capital de México operan o no cárteles del narcotráfico, el problema ya lo tenemos encima en la urbe más grande del país y no solamente se requieren mayores operativos policiacos, la policía de investigación debe incrementar sus programas de identificación, rastreo y lavado de dinero de personas y empresas de dudosa operación, así como, conocer las estructuras bajo las cuales se desempeñan, de otra manera, en menos de lo que se piensa, llegaremos a niveles delictivos como los que se viven en Tamaulipas o Guerrero.