El matrimonio contraído por 82 hombres presos en el Reclusorio Preventivo Oriente les ofrece la fuerza para continuar en prisión y renovar sus esperanzas de poder algún día cambiar su futuro.
El delito cometido no impide que sus parejas, en libertad, reafirmen su compromiso y el deseo de formar una familia reconocida ante la ley y con el goce de sus derechos.
"Es la realización de un sueño planeado que se concreta a pesar de las adversidades", destacó Adriana Escobar, quien sin vestido de novia y apenas con dos rosas en la mano firmó este día su acta de matrimonio con el reo Fabián Mejía.
María Mayela Almonte, subsecretaria del Sistema Penitenciario del Distrito Federal, informó que quienes llegan a reclusión lo hacen porque carecieron de límites que los llevaron a transgredir la ley.
Por lo que consideró que el compromiso del matrimonio les brinda la oportunidad de reflexionar y cambiar para no volver a incurrir en las acciones de su pasado y pensar en un futuro para su familia.
El recluso Fabián Mejía, señaló que éste es "otro jalón para echarle nuevas ganas, ahora más que nunca, cuando me faltan dos años para salir".
El titular de la Consejería Jurídica y Servicios Legales del Distrito Federal, José Ramón Amieva Gálvez, indicó que se realizan propuestas normativas para que las pláticas matrimoniales sean impartidas por el Registro Civil.
Agregó que a través de ellas se ofrecerán temas relacionados con educación sexual y reproductiva, prevención de violencia intrafamiliar y cuidado de los hijos.