Desde la remodelación que se ordenó en la Plaza Garibaldi, como parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia, poco a poco se han perdido los símbolos que la caracterizaban, su arquitectura original, así como las fuentes de empleo de cientos de familias dedicas a la interpretación de la música vernácula y al comercio.
Anunció que presentará un punto de acuerdo para proponer la instalación de una mesa de trabajo, en la que músicos y comerciantes dialoguen con representantes de las secretarías de Turismo, Cultura y de Gobierno, con el objetivo de instrumentar acciones que permitan la participación de todos los sectores que integran la plaza.
“Buscaremos rescatar la vocación turística de la Plaza de Garibaldi y pediremos al gobierno de la ciudad y de la delegación Cuauhtémoc, un programa de trabajo incluyente y equitativo para la comunidad de la plaza más emblemática de la música mexicana”, señaló.
En compañía del secretario de Cultura del Comité Directivo del PRI en el DF, Agustín Dany, y la presidenta del comité delegacional en Cuauhtémoc, Leticia Álvarez, el diputado Mercado exigió al gobierno de la ciudad reforzar la seguridad en la Plaza Garibaldi, para garantizar a sus visitantes un espacio libre de violencia y delincuencia.
Por su parte, Agustín Dany precisó que se instalará una mesa interinstitucional para recuperar la plaza de Garibaldi y, al mismo tiempo, hacer una campaña de promoción de los servicios turísticos de la misma. Consideró indispensable la participación del Gobierno federal en su rescate, porque se trata de un símbolo de la cultura de la música nacional.
Miembros de la Asociación Mexicana de Mariachis, uniones de trabajadores y vecinos manifestaron su preocupación por la falta de interés del Gobierno capitalino, y denunciaron que con la remodelación de la plaza se inhabilitó el Parián, su kiosco, se reubicaron las estatuas de íconos de la música ranchera nacional, actos que atetan contra los usos y costumbres de Garibaldi y que rompieron con su atractivo, además el acoso de los policías hacia los turistas, quienes por tan solo consumir un vaso de refresco en la plaza son remitidos ante el ministerio público por supuesto consumo de bebidas alcohólicas.