En México existe un reconocimiento social y gubernamental del problema que representa el hambre, lo que implica un desafío para el cumplimiento de las obligaciones del Estado en materia de derechos humanos.
El Secretario para la Promoción de los Derechos Humanos e Incidencia en Políticas Públicas de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Gerardo Sauri Suárez, destacó que la producción de alimentos es fundamental para avanzar en la seguridad y la soberanía alimentaria de un país.
Así también, añadió, saluda los discursos que cuestionan, desde distintos ámbitos, la reducción que frecuentemente se hace a las políticas en contra del hambre, y que cuestionan los elementos más asistencialistas de la política pública.
Preocupa a la CDHDF, dijo, que en tales políticas se recoja, a la luz de los Artículos 1° y 4° Constitucionales, un enfoque de derechos, y que tales estrategias no sólo sean encaminadas a erradicar el hambre, sino también a garantizar la soberanía alimentaria.
Gerardo Sauri apuntó que contar con una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, más allá del mero consumo de alimentos, es condición para una vida digna.
Hizo énfasis en la necesidad de revisar las políticas públicas encaminadas a garantizar la producción alimentaria, ya que es uno de los ejes que han determinado, incluso, las condiciones de vida de millones de personas dedicadas al trabajo en el campo.
“Lo cual ha sido una de las fuentes principales de vulnerabilidad para que estos grupos ahora sean coptados por grupos de delincuencia organizada para la producción de sustancias ilegales que luego terminan en procesos de criminalización y contextos de pobreza”, aseveró.