LIC. MARÍA LUISA ALBORES,
SECRETARIA DE MEDIO AMBIENTE:
+No hay PLANeta B…
De continuar el veto que el Reino Unido tiene a personas provenientes de México por las condiciones de la pandemia en nuestro país, es probable que
usted no pueda asistir a la Conferencia de las Partes (COP26) de la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático.
Tampoco es que tenga mucho que reportar sobre el desempeño de México en el gravísimo problema mundial. De hecho, el veto le viene como anillo al dedo.
Al iniciar de la 4T, el presidente se comprometió a cumplir con el Acuerdo de París sobre cambio climático y seguir las recomendaciones del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).
Los hechos nos dicen otra cosa.
A invitación del PNUMA, en noviembre pasado 62 de las grandes empresas petroleras y de gas pactaron informar más puntualmente cuáles son sus emisiones al medio ambiente. Entre esas empresas no se encuentran ni PEMEX, ni la CFE.
Aun cuando México cuenta con el Sistema Nacional de Cambio Climático (SINACC), no creo que las dos paraestatales le hagan el menor caso. De hecho, en 2020 PEMEX no solo no cumplió con sus metas de reducción de emisiones, sino que las aumentó en 35 por ciento en la refinación de crudo y 15 por ciento en el procesamiento del gas. Al parecer, controlar la contaminación problematiza y encarece las operaciones de PEMEX.
Pero no, estimada María Luisa. Aquí es donde lo barato sale caro y platíquelo con Octavio Romero Oropeza, director de la petrolera.
La consultora ARGUS, especialista en precios de referencia de energía y materias primas, reportó en este agosto que PEMEX califica bajísimo los indicadores Ambientales, Sociales y de Gobernanza en los que cada vez se fijan más los inversionistas y compradores de bonos, por lo que la paraestatal "se ha salido del universo invertible”. Así de fuerte.
Por su parte, EMŠO Asset Management considera que si PEMEX desea entrar al mercado de bonos “tendrá que tomar créditos a un rendimiento más alto. (…) PEMEX tiene el síndrome de la rana en agua hirviendo", refiriéndose en a la incapacidad de la paraestatal para reconocer que su problema financiero-ambiental ya está al límite y a la vuelta de la esquina.
La calificadora Moody’s estima que PEMEX gastará menos del 0.2 por ciento de sus ingresos en medidas de transición hacia energías limpias. O sea, nada. Mientras tanto, las empresas petroleras radicadas en Texas, EUA, redujeron la quema de gas en 75 por ciento en los últimos dos años para sobrevivir como entes productivos. Cuestión de perspectivas.
Ya sé que repetirá lo que dice su jefe: que les dejaron un cochinero. Pero tampoco se ve ningún cambio en la actual bio-política pública para solucionar el problema.
En la reunión del SINACC (18 agosto) usted afirmó que México ya se puso las pilas en cuanto al cambio climático. No lo creo. Mientras se apueste al resurgimiento de PEMEX como en los 70, se construya Dos Bocas y se mantengan los procesos de explotación y producción, la paraestatal continuará siendo una de las empresas más contaminantes del mundo. Mientras la CFE haga de lado las energías limpias, no veo ningún cambio en la dirección correcta. ¿O a poco de verdad cree que con Sembrando Vida ya la hicimos para la captura de carbono?
Coincido con usted en que “los (países) que más contaminen e incidan en los factores que aceleran el cambio climático sean quienes más contribuyan a su mitigación y a la restauración ambiental”.
Pues al paso que vamos, le sugiero hablar con el Secretario de Hacienda para que vaya preparando la chequera…
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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