DR. ENRIQUE GRAUE, RECTOR DE LA UNAM:
"La vida debe ser sostenida y fecundada en la aspiración
Ernesto Sabato
Ahora resulta que ni la UNAM le gusta al presidente.
Partamos de la base de que no hay nada perfecto sobre la faz de la tierra y que en todos los ámbitos, grupos sociales y organismos hay “prietitos en el arroz”. Pero me pregunto ¿qué o quién merece la aprobación presidencial?
Creo que nada, ni nadie…
Supongo que le molesta que la UNAM brinda capilaridad social a los alumnos, quienes aspiran a mejorar su nivel de vida. Ahí está el detalle: los jóvenes se volvieron aspiracionistas.
Tampoco le gustan los profesionistas con estudios de posgrado en el extranjero porque, según el presidente, allá sólo “aprenden malas mañas”. No importa que casi todo su gabinete provenga de la UNAM y haya estudiado fuera del país.
Tampoco le gustan los intelectuales porque, según él, “se aferran a defender un régimen corrupto neoliberal”. Al parecer, AMLO nunca vio los programas de análisis político ni leyó los textos en donde los anteriores presidentes eran tundidos con frecuencia. En mi opinión, los intelectuales a lo que aspiran es a gozar de libertad de expresión y no a ser puestos en la picota continuamente.
Tampoco le gusta la clase media porque fue la que “permitió el ascenso de Hitler”, además de apoyar a Augusto Pinochet en Chile y a Victoriano Huerta en México, cuando eso pasó en otros países o hace más de un siglo en el nuestro. Mire, don Enrique, los clasemedieros aspiramos a mantener nuestro nivel de vida a través del trabajo, a vivir en un país seguro y con servicios de salud y educación adecuados, así como empleos dignos para nuestros hijos. Aspiramos también a que la clase media sea cada vez más numerosa.
Tampoco al presidente le gustan los empresarios, a los que califica de “machuchones”, traficantes de influencias y rateros. Algunos evaden impuestos y qué bueno que les aprieten las tuercas, pero la gran mayoría sólo aspira a tener certeza jurídica, créditos baratos, que se acaben las mordidas y, desde luego, tener utilidades.
Tampoco le gustan las feministas, a quienes el presidente tacha de “conservadoras”, siendo que aspiran a vivir libres de violencia, a gozar de equidad laboral y social y a que no haya más feminicidios.
Tampoco le gustan los periodistas, ni los medios de comunicación. AMLO los acusa por parejo de recibir “chayotes” para callar la corrupción del pasado. Cuestión de que el presidente revisara las hemerotecas. A lo que aspiramos los comunicadores es a un clima de respeto y libertad, nada más.
Tampoco le gustan las organizaciones de la sociedad civil, ni los niños con cáncer, no importa a qué aspiren; para AMLO todos están manipulados y forman parte de las campañas en su contra que quién sabe quién ha orquestado…
En fin, que somos una bola de aspiracionistas que, ya sumados, conformamos la gran mayoría de los ciudadanos. Al presidente solo le agrada ese “pueblo bueno y sabio”, que solo en su imaginación vive feliz en la pobreza.
Más bien, yo creo que al presidente lo que no le gusta es México.