En dos ocasiones anteriores, Andrés Manuel López Obrador propuso a la Dra. Loretta Ortiz Ahlf como ministra de la Suprema Corte de la Nación. Anteayer,
finalmente se les hizo a ambos, al ser aprobada su postulación en el Senado.
Usted lo sabe, doctora Ríos, la SCJN siempre ha sido importante como órgano máximo de la impartición de justicia en México. Pero en este gobierno ha cobrado particular relevancia dada la judicialización que han tenido las leyes promovidas por AMLO.
La tarea de la Corte es proteger la Constitución y la legalidad para todos, teniendo a cargo los juicios de amparo, las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad. Su tarea no es juzgar si una ley o un decreto son buenos o malos, sino analizar si van de acuerdo con la Carta Magna y el estado de Derecho.
Actualmente, la Corte está cargada de trabajo: tiene 262 controversias a resolver, algunas por demás relevantes, como las Leyes de la Guardia Nacional, la de Extinción de Dominio y la de Austeridad Republicana, así como la construcción del Tren Maya y la cancelación del aeropuerto de Texcoco, entre otras.
Como se puede ver, la Corte decidirá sobre asuntos prioritarios y obras emblemáticas del actual gobierno, porque a AMLO le da por tomar los caminos fáciles para alcanzar sus objetivos y se fija poco en los medios a utilizar. Ya lo vimos esta semana con el “decretazo presidencial”.
Seguramente Ortiz Ahlf tendrá encima todas las miradas por ser el último fichaje del presidente en un órgano de tal relevancia. Por lo pronto, doña María Estela, le cuento que respecto al desempeño de doña Loretta como profesora y académica he escuchado comentarios variopintos, desde los que le aplauden, hasta los que la consideran incompetente.
Ortiz Ahlf también ha tenido actividad política y no sé si sea una buena combinación con la impartición de justicia. Fue diputada federal por el Partido del Trabajo (2012-2015) y luego miembro fundador de MORENA, de ahí su cercanía con Andrés Manuel. Renunció a su militancia cuando fue postulada a la Corte por primera vez; usted sabe, hay que guardar las formas. Lo que es un hecho es su antagonismo al PRI y al PAN, según deja ver en entrevistas pasadas. ¿Su postura política tendrá consecuencias legales?
De 2018 a la fecha fue una de los siete consejeros del Consejo de la Judicatura Federal que, entre otras funciones, tiene la de vigilar quién se porta bien y quién se porta mal en el Poder Judicial, con excepción de la Corte y del Tribunal Electoral.
Aquí es donde me entran dudas. De acuerdo con el Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal (INEGI, 2021), de 2010 y hasta 2018, el número de funcionarios del Poder Judicial que fueron sancionados iba en constante ascenso hasta llegar a 341; en 2019 baja abruptamente y en 2020 apenas son 135 los funcionarios sancionados. Lo mismo ocurre con los procedimientos de responsabilidad administrativa; hasta 2018 fueron subiendo y llegaron a tres mil 300, pero en 2020 apenas se registraron 376. Ojalá Ortiz Ahlf pueda abundar de cómo ella y sus compañeros consejeros lograron que de pronto los funcionarios judiciales se volvieran probos y honrados.
El próximo 11 de diciembre, Loretta Ortiz Ahlf será ungida como ministra de la SCJN. De los once miembros de la Corte, cinco tienen cierta inclinación, perspectiva o visión –llámela como quiera- afín al presidente.
Complicado, muy complicado para este país cuando la ideología y la amistad se mezclan con la legalidad y el estado de Derecho.
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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