A los Presidenciables; "Plata o Plomo": Pablo Escobar
Hay días en que uno ya ni quiere abrir el periódico, ni ver las noticias. El lunes fue uno de esos días.
El panorama es desolador, pues en los días que lleva la injusta invasión rusa a Ucrania, México tiene más muertos. Sin ir más lejos, el pasado domingo, 17 personas fueron fusiladas en San José de Gracia, Michoacán.
Las autoridades federales y estatales tardaron en pronunciarse sobre el hecho, pese a un video que, circulando en redes, dio cuenta de la masacre. El evento presenta “novedades”, empezando porque no se encontraron cuerpos en el lugar, pero si abundantes casquillos percutidos, autos balaceados, escasos vestigios humanos y productos de limpieza.
El llamado de auxilio tardó tres horas en realizarse y eso se explicaría como el tiempo necesario para limpiar el lugar y trasladar los cuerpos a algún sitio todavía desconocido. Al momento de escribir estas líneas, sólo se han hecho públicas las identidades del presunto autor intelectual -Abel Arias, alias “El Viejón”- y de uno de los agredidos –Alejandro García, alias “El Pelón”-, ambos miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación.
A decir del fiscal de Michoacán, los dos narcotraficantes son oriundos de la plaza, misma que disputaban, y habrían asesinado anteriormente a familiares de uno y otro lado, hasta culminar con este desastroso evento.
Entre otras “novedades”, se desconoce la identidad del resto de los fallecidos, pues nadie en el pueblo ha hecho una denuncia formal. Por algo será.
No voy a entrar a la discusión de cómo el presidente minimizó la masacre en la mañanera del lunes, pero sí quiero recordarles la promesa hecha durante la inauguración del cuartel de la Guardia Nacional en aquellas tierras: “Michoacán va a tener elementos suficientes de la GN para garantizar la paz, la tranquilidad, sin corrupción, sin impunidad y también sin balandronadas, sin declarar la guerra. (…) Todo eso que fue un desastre.”
Y sigue siendo un desastre, porque estos sucesos brutales ya son casi cotidianos. De acuerdo con el Reporte 2021 de la organización Causa en Común, ese año se cometieron cinco mil 333 atrocidades, empezando por 529 masacres, entendidas estas como el asesinato de tres o más personas en un mismo tiempo y lugar. También en 2021 se hallaron mil 151 cuerpos torturados, 837 mutilados y 356 calcinados.
La espiral de violencia de los últimos 15 años no solo se explica por la mal llamada “guerra de Calderón”. Recordemos que el negocio mexicano de las drogas creció en la década de los 70; por aquel entonces existían acuerdos tácitos a nivel cupular entre gobierno y cárteles. Por su parte, la corrupción a nivel local generaba núcleos de mícropoder que ayudaban al control y daban beneficios a todas las partes. Los límites de la delincuencia organizada eran claros y esta prefería un ambiente tranquilo para sus operaciones; las matazones eran ocasionales.
Tal equilibrio se vio roto a fines de los años 90, sin que otro igualmente eficiente lo sustituyera. Suena cínico, pero así es.
La autoridad federal de turno fue eliminando líderes, lo cual provocó la fragmentación de los cárteles y la consiguiente lucha descarnada por territorios, rutas y segmentos del negocio. Las autoridades locales cobraron preponderancia, pero sin saber mantener el control.
Así llegamos hoy, al peor de los mundos. El gobierno morenista no desea la guerra frontal; los ciudadanos no queremos los acuerdos corruptos, pero tampoco los inútiles “abrazos y no balazos”, mucho menos la banalización presidencial de lo que nos está destruyendo.
No alcanzo a imaginar cuál es la solución para México. Solo sé que estamos a nada de ser un Estado fallido y que la nación y la seguridad de los mexicanos están en juego.
A ustedes, que aspiran a la Presidencia, ¿se les ocurre alguna buena idea?
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.