LIC. TATIANA CLOUTHIER, SECRETARIA DE ECONOMÍA:
"¿Pero qué necesidad…?" : Juan Gabriel
No cabe duda de que el presidente no da paso sin guarache y cambia las jugadas como mejor le conviene a su 4T,
lo cual no quiere decir que sea lo mejor para el país. Como ve que la afluencia de votación para la consulta de Revocación de Mandato será baja, se dedica a agitar las aguas –otra vez- con su contrarreforma eléctrica.
Legisladores de todas las bancadas convinieron que se discutiría la propuesta de cambio constitucional en la materia después de las elecciones en seis estados, pero AMLO cambió de opinión y urgió a su bancada a que sea votada -y sin cambios- a más tardar en Semana Santa.
Como dirían los clásicos, “no va a transitar”, pero mientras servirá al presidente para seguir acusando a la oposición de “traidores a la Patria”.
Más no olvidemos que López Obrador tiene un plan B:
Esta semana, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación se discutirán controversias constitucionales, entre ellas la de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) aprobada en su momento por la pasada legislatura morenista. Ahí el panorama es incierto porque cuatro de los ministros del Pleno son pro-AMLO; solo necesitan otros cuatro votos para rechazar la controversia y así entraría en vigor la LIE, sin necesidad de una reforma constitucional.
Hasta donde recuerdo, van cuatro memorandos que congresistas y secretarios de EUA han enviado al presidente en turno, alarmados por la política energética de México y por cómo afectará a las empresas estadounidenses que han invertido miles de millones de dólares en nuestro país.
Los contratos firmados podrán ser o no “leoninos”, pero están firmados. Lo mismo opina el gobierno español. AMLO, en vez de hacer un planteamiento a las empresas de energía, simplemente quiere aplicar el machete. No sabe, ni le interesa negociar. Por eso dice que “gobernar no tiene ninguna ciencia”. La consecuencia más grave será que las empresas demandarán a México ante tribunales internacionales, donde sus probabilidades de ganar son muy altas. No importa si AMLO afirma que no indemnizará a las afectadas; la resolución de los tribunales tardará tres años y tocará al próximo presidente pagar la friolera de 484 mil millones de dólares, según cálculos de expertos en arbitraje. Eso equivale a 1.5 veces todo el presupuesto federal; o sea, todos nuestros impuestos de un año no alcanzarían para pagar la necedad morenista.
En el corto plazo, a los productos mexicanos se les aplicarían impuestos por estar elaborados con energías sucias, perdiendo así competitividad en los mercados de EUA y Europa. ¿Ya hizo usted cuentas de cuánto perdería nuestro comercio internacional…?
Ahora supongamos que la contrarreforma y/o la LIE no pasan. El objetivo de política interna se habrá cumplido en términos de atender la devoción hacia la 4T. Pero eso es ver solo su ombligo.
Esta batalla por la contrarreforma y el rompimiento del estado de Derecho están cancelando a México como destino de la inversión extranjera, debido a la desconfianza generada por nuestro gobierno. Y vaya que nos hace falta la inversión; recordemos la salida histórica de 506 mil millones de pesos ocurrida en 2020 y 2021.
En fin, nuestro país habrá perdido una magnífica oportunidad para atraer capitales que salen de Rusia y China.
Y seguramente la 4T dirá que no necesitamos a los capitales; que en México somos muy ching…s y nos bastamos solos.
¡Mentira..!
Ni el país más desarrollado sobrevive sin inversión privada.
Lo peor del caso es que esta es solamente una de los muchas piedritas que AMLO ha puesto en la relación bilateral con Estados Unidos.
Mañana le seguiré contando sobre otros frentes abiertos a analizar, porque López se irá en tres años, pero los mexicanos aquí estaremos para sufrir las consecuencias por un largo tiempo…
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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